El Arzobispo Benavent en el Domingo de Ramos de València: "Jesucristo murió con la misma coherencia con la que había vivido"
El Arzobispo de Valencia, Enrique Benavent ha recordado que con la celebración del Domingo de Ramos comienza la Semana santa. Ha señalado que “todos los acontecimientos de la Pasión nos muestran la coherencia del Señor, que murió tal como había vivido. No se resistió, no se echó atrás atrás, así afronta el Señor su Pasión, murió con la misma coherencia con la que había vivido. Todo el camino está marcado por la oposición, desde el primer momento era consciente de que podía sufrir una muerte violenta y no dejó de actuar sometiéndose a la voluntad de Dios, sin cambiar su manera de hablar y actuar.”
El Arzobispo de Valencia ha afirmado que “la Pasión es una lección. Ante las dificultades que podemos experimentar si queremos dar testimonio de la verdad, está actuar con coherencia, estar dispuestos a sufrir por la verdad, no resistirse, no echarse atrás. A Él no le quitan la vida sino que voluntariamente la entrega”.
Mons. Enrique Benavent ha señalado que “si meditamos los momentos de la Pasión, las palabras de los personajes, las actitudes con las que cada uno de ellos reacciona ante el drama que está viviendo el Señor, si vemos la actitud del Señor , eso es la lección más grande de vida cristiana. La contemplación de la Pasión del Señor bastaría para aprender a ser cristianos”.
Antes de la eucaristía de Domingo de Ramos, ha presidido la bendición de palmas y ramos de olivo y de laurel de los fieles valencianos y la procesión desde la puerta románica de la Almoina por los alrededores de la Catedral junto con el Cabildo Metropolitano. A su término ha tenido lugar la solemne eucaristía del Domingo de Ramos.
Vísperas solemnes y la adoración de la Vera Cruz
Por la tarde, a las 17 horas, se celebr también en la Catedral, las segundas Vísperas solemnes y la adoración de la Vera Cruz, un relicario de plata del siglo XV con fragmentos de madera de la cruz original unidos en forma de cruz patriarcal.
El significado religioso de la procesión del Domingo de Ramos lo conmemoraban ya los peregrinos en el siglo IV, cuando bajaban desde el monte de los Olivos hasta Jerusalén, con ramos de olivo y palmas simbolizando la entrada de Jesús en la ciudad.