VALENCIA | SOCIEDAD

El accidente que lo cambió todo hace ya trece años

MARIOLA ROSELLÓ - 03/07/2019

3 de julio de 2006. Los relojes marcaban las 13.03 horas de un caluroso día de verano. Miles de personas regresaban a sus casas, se iban a pasar el día fuera o simplemente iban camino a sus puestos de trabajo. Estación de metro de Jesús. Un tren descarrila y acaba con la vida de 43 personas, otras 47 resultan heridas.

Un duro vistazo a la historia más reciente, y posiblemente trágica, vivida en la ciudad de Valencia. Hoy 3 de julio de 2019 se cumplen trece años desde el accidente de Metrovalencia, un suceso que continúa sin sentencia firme ni responsables sobre lo ocurrido.

“Poco a poco vamos retomando nuestra vidas, mientras esperamos el final del camino, que llegará con el juicio contra los directivos de FGV. Por fin se sentarán en el banquillo las personas con poder de decisión sobre la seguridad de la circulación” son las palabras que las familias de las víctimas mandan en una jornada marcada en rojo en el calendario.

Todas ellas llevan años luchando por lograr recibir una respuesta a sus preguntas. Pese a ello, aun tendrán que continuar esperando pues el juicio que investiga el caso no se celebrará hasta principios del 2020, momento en el que se sentarán en el banquillo un total de ocho personas entre las que encuentran directivos de la empresa Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana.

Una cita judicial que llega tras la insistencia de la Asociación de Víctimas del Metro del 3 de Julio de 2006 (AVM3J) quienes durante más de 150 meses se concentraron en la Plaza de la Virgen reclamando que se diera voz a lo que se estaba intentando ocultar. Un altavoz que llegó, entre muchas otras cosas, gracias a la aparición del caso en el programa dirigido por el periodista Jordi Évole, ‘Salvados’, que contribuyó a que la opinión pública nacional se hiciera eco de lo que estaba ocurriendo. 

La Plaza comenzó a llenarse cada día 3 de cada mes durante cuatro largos años. La conciencia social crecía por momentos, pero no era suficiente pues la amenaza de dar por archivado el caso aparecía cada poco tiempo. No llegó a ocurrir, aunque se temiera que así iba a ser en cualquier momento.

Hoy 3 de julio de 2019 las familias de las víctimas guardan silencio, y lo hacen viviendo el duelo en la máxima intimidad. Su lucha pública se encuentra en pausa esperando que sea la justicia la que ponga en orden todo lo que ocurre aquel día en los subsuelos de la ciudad de Valencia.

El testimonio de los supervivientes

“Ese día cogí el metro con una compañera del trabajo en la estación de la Fe hasta Patraix y hubo un momento en el que el tren empezó a ir a más velocidad. De repente se apagaron las luces, las puertas empezaron a abrirse y el tren volcó. Lo siguiente que recuerdo es despertarnos en las vías del tren” así recordaba hace unos años el fatídico día Ana Espluegues, una de las supervivientes del accidente.

Su historia es una de las muchas que esconden el día del accidente, pero estremece como todas. El relato de lo vivido demuestra que, tal y como se apuntó durante mucho tiempo, la velocidad fue uno de los factores pero no el único que produjo el descarrilamiento.

“Desde un primer momento, lo que se hizo fue dar el titular de que era ‘imprevisible e inevitable’, sin embargo durante la comisión parlamentaria se vetaron a muchos expertos. No se habló del libro de averías del que desaparecieron las tres copias que existían o de la caja negra, entre otras cosas” apuntaba Espluegues, y reseñaba: “A lo largo de la investigación se dijeron muchas mentiras y se ocultó mucha información que hubiese ayudado a descubrir las verdaderas causas del accidente”.

Ahora trece años después de lo ocurrido Ana, junto al resto de supervivientes y familiares, esperan por fin recibir una respuesta que aunque no cambié la cronología de lo ocurrido en aquella estación de Jesús – ahora renombrada como Joaquín Sorolla – les permita cerrar un largo capítulo de sus vidas.

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