Rezo del gato
Que no la toquen.
Que no la dañen.
Que no la insulten
a nuestra cuidadora.
Nosotros sólo la tenemos a ella
y la desolación sin tiempo de la gran ciudad,
andamos con miedo bajo un cielo que debería ser feliz.
Somos los supervivientes de la hierba primera
y ya no tenemos mundo.
Que no le griten desde los balcones.
Que no la amenacen con lo que más quiere:
Nosotros.
Que la dejen en paz.
Oro al cielo.
Que ella sólo hace el bien.
Nos trae
el agua y la comida de cada día.
Dejad de odiarnos, humanos, como a una María Magdalena
y a ella como a ese Jesucristo antiguo que la defendía.
Que los cielos sean hermosos para todos.
Que mientras el firmamento sea azul
el amor pueda darse en esta tierra.
Que vosotros tenéis vuestros dioses. Nosotros también: La nuestra es Ella.