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Per Ángel Padilla
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Los Reyes Magos no visitarán España este 2020

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    Los Reyes Magos no visitarán España este 2020- (foto 1)

    Según testigos oculares del suceso, que no quieren dar sus nombres porque obran en poder de las autoridades jordanas, en un proceso penal en que los tres monarcas están implicados, los testigos vieron, como se ve por esas tierras a veces, así al menos queda reflejado en el folclore popular, la salida por estos días de los magos hacia el mundo, comenzando lentamente su viaje sobre sus camellos cargados con juguetes para todos los niños de la Tierra. El testigo principal, que llamaremos J., los vio sobre una gran nube en el alto cielo, "y allí ya estaban peleando", comentó en autos. "Sólo había uno sobre su camello, creo que Baltasar, quien gesticulaba gritándoles algo a los otros dos, que entre algodones de la gran nube se peleaban a puñetazo limpio, dejándose de verse al caer por un mandoble que el otro le daba y se incrustaba en el humo de la nube y viéndose al alzarse y seguir empujándose y enzarzados en un gran bapuleo, mientras los camellos se aproximaban peligrosamente al borde de la nube, escapando de la algarabía; la imagen era de gran tensión. Estábamos todos muy tensos, era horrible".

    Luego resumen los testigos que hubo una parada en la situación de violencia porque Baltasar pudo reprimirla al bajarse de su camello, se le cayó el gorro lastimosamente, y separar a los litigantes, quienes recuperaron los camellos, se subieron en ellos y descendieron los tres reyes sobre los camellos a tierra, lenta, tensa, tristemente. Una vez en la tierra J. pudo escuchar lo que decían.

    En ese momento los tres magos se habían vuelto a bajar de los camellos y bociferaban "como secesionistas catalanes", explicó J., quien ahora está de visita en Jordania pero es español de nacimiento y ama su tierra por encima de todo, tiene una bandera de España en la pared de su cuarto y la besa cada mañana, "ahora soy de Vox, antes era franquista", dijo. "Así soy yo", figura en los autos que refirió J. para explicar esa particularidad en su domicilio, de la enorme bandera y su amor, y no se sabe si lo dijo, justamente con esas palabras, para publicitar la famosa canción del hijo de la Pantoja. Que hoy en día se generan royaltys en los sitios más insospechados.

    "Que este año ya no paso por ese lugá. Ya lo he disho" -rememora J. que gritó Baltasar.

    "En todos lados hay mierdaaaa, muchaaachooo", dijo Gaspar.

    "De vaca, mierda en fanegadas", apuntaló Melchor.

    "Pero en España no han formado ni gobiennnno!!! ¿Cómo vamos a favorecer a un pueblo así? ¡Ya van pa terseras elesiones! -espetó Baltasar, añadiendo-. Los niños no merecen eso. Deben vé que la cosa  tá malita!"

    A lo que Gaspar dijo: "los niños, los niños. Nosotros nos debemos a la Casa Blanca. A Pelo Trigo"

    "Hombre blanco con privilegios. Sólo miras una parte, ¿y la otra? La fantasía... Hay una ética. Ya sé. Ya sé que esto es... lo que es. Pero... mijo" -gruñó Baltasar.

    "¿Volvemos a la tontada? Se supone que somos magos -protestó Melchor-. Se supone que somos de antiguo, que no nos ha llegado toda esa tontada. Se nos paga por lo que se nos paga. Y la hoja de ruta es inamovible."

    J., nuestro testigo refiere que en ese momento Baltasar descargó del enorme conjunto de cajas de juguetes que transportaba encima su camello, una enorme caja, según lo que pudo interpretar, "debía tratarse de un Scalextric, pero con todas las pistas", y la emprendió a golpes en la cabeza con los dos reyes blancos y con privilegios. Quienes intentaban huir pero Baltasar destrozó el juguete literalmente en sus cabezas. Gaspar cayó bastante herido y confundido al suelo y Melchor pudo empujar fuertemente a Baltasar y hacerle perder pie. Entretanto los camellos se dispersaban hacia un extenso valle pedregoso de difícil paso en las faldas de una montaña; los camellos tropezaban y sus cargas de juguetes iban cayendo, conformándose en el firme como el suelo de un centro comercial al que hubieran entrado diez elefantes bailando una canción de Bisbal. Baltasar, según los testigos, abrió con rapidez una caja que contenía un rifle. "Pensábamos que era de juguete", explicó J. a las fuerzas de seguridad. Pero los disparos eran certeros y Baltasar hirió de gravedad en un hombro a Melchor y en tanto Gaspar intentaba levantarse también acudió corriendo, arrastando su larga capa dorada por la tierra marrón en una imagen de espanto, esquivando juguetes, muñecas, osos gigantes de peluche, televisiones... "Más que magos parecían vaqueros", dijo el otro testigo.

    -"Yo ya no voy ni a España ni a la puta!", gritó Baltasar antes de disparar a Gaspar en una pierna, quien apretándose la herida y cojeando intentaba huir internándose en el laberinto de juguetes, Gaspar gritaba "¿Quién cojones niño ha pedido un arma? ¡Esto ya no es lo que era! ¡El mundo ha cambiado demasiado! ¡...yo no viajo!". Baltasar tropezó. El resto de los reyes cayó sobre él y a puñetazo limpio rodaban entre cajas coloridas, se levantaban, se golpeaban. En eso se acercó nada menos que Papá Noel, quien parsimonioso dijo "¿puedo ayudar en algo?". Desde el suelo Melchor le contestó: "¡Tú vete con tu coca cola a la mierda, panzúo!", y prosiguieron a la gresca. Papá Noel se elevó al aire con sus renos, murmurando: "gilipollas". Y los testigos ya vieron llegar a policías y a militares, quienes pudieron reprimir, con grandes dificultades, a los reyes, parecíase con sansonismo, y tomar datos a los litigantes, ver el aspecto famélico de los camellos, extenuados del peso de los juguetes y asustados, y por asustados heridos en las patas al correr en terrenos no conocidos. Melchor, Gaspar y Baltasar fueron conducidos al calabozo en prisión preventiva, a la espera de juicio. Los camellos han sido conducidos a un entorno donde sean curados, se calmen y sanen y puedan llevar una vida plena y distinta lejos de los tres individuos cuyos cargos, que se haya filtrado, son intento de homicidio, agresiones graves, maltrato animal, amenazas, mensajes de incitación al odio... A cada uno de los reyes se le otorgó un abogado de oficio. El caso va para largo. Los juguetes fueron retirados con rapidez por vecinos de todos los pueblos del lugar.

    J. afirma que, mientras los monarcas eran conducidos esposados dentro de un Jeep, desde su larga barba Gaspar gritaba, enfurecidísimo: "Pues nada, ya lo has conseguido, frustrado de mierda, ni a España. Pero ni a ningún lado. Aquí en las cárceles te pudres de por vida, so idiota!"

    E indicó que Baltasar respondió: "¡Ya veréi en la cárcel lo que os van a haser! ¡No sé cómo aguanté tanto tiempo con estos perdidos! ¡La bandera del Japón!" "¿Qué bandera del Japón?", le gritaba Melchor. Y débilmente se oía a Baltasar gritando, al alejarse los jeeps. "Como la bandera del Japón, cabrones! A veréi"

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