Los desvaríos del Bosé, la novia de Enrique Ponce, dónde se halla el rey, entonces ¿de la emergencia climática ni hablamos?
Efectivamente, siempre lo logran.
Y es fácil.
Con la estructura de transmisión de informaciones de que, hoy, dispone el poder mundial, también yo lo lograría, adocenar al pueblo haciéndole creer esto o lo otro, hasta lograría yo, con esa estructura tan potente -canales de television, prensa escrita, hasta temáticas de los novelistas de moda, desérticas de ideas, desérticas de atisbo alguno de confrontación con lo establecido-, que se volviera a creer en los gnomos.
En la bruma de un olvido lejanísimo ha quedado la preocupante realidad de la emergencia climática en nuestra tierra. Esas reuniones que se llevaron a cabo entre varios países para establecer tratados conjuntos de puestas en práctica de métodos de actividad social, industrial, de menor impacto ecológico, de obligado cumplimiento una vez se pusieran en marcha.
Ya véis, por un virus logran movilizar y poner en jake a un mundo, como suena, pero por la emergencia climática, que también podrían hacerlo, no lo hicieron ni lo harán.
¿Qué quedó de eso -de las reuniones por el clima- y del Barrio Sésamo? Sólo un recuerdo, Don Pim Pon andando oscilante, gracioso, algo molesto, en la bruma del recuerdo. Y entre todo el maremagno de información con que nos hunden la vida estos miserables que eternamente gobiernan -sea el signo político del estado en que uno viva, siempre por encima manda el Capital, el ganar, no se puede dejar de ganar, y eso implica unos movimientos, que siempre pasarán por la muerte de millones y la destrucción de vida incuantificable- por ahí se recuerdan vagamente esos informes realizados por científicos y expertos independientes que advierten de la alerta roja en que se encuentra nuestra tierra, tanto en su futuro cercano como a largo plazo.
Pero ahora sólo importa lo que la tele quiere que importe, que la mujer del asesino de toros era más señora que la niñata con la que ahora está, baboso, el sádico Ponce. Cascan el careto de loco loquísimo del Bosé hablando como un orco asmático, sobre que nos van a meter un radar con la vacuna del covid, como si no nos tuvieran ya controlados desde que aparecieron los primeros pcs, internet y los móviles. Son bastante idiotas esos de las manifestaciones contra las mascarillas, que se abrazan, negacionistas del virus. Pero no son menos idiotas que los que creen todo lo que se dice sobre el virus desde los medios y desde los gobiernos. Unos manejan la realidad del virus a su antojo -el poder para asustar al pueblo y dominarlo a su antojo-, los otros saliendo a protestar como si fueran adeptos de Jim Jones, el virus no existe, Jim está unido a dios. Divide y vencerás, antes podía unirse la gente porque, habiendo menos acceso a la información como hoy, extrañamente el librepensamiento se podía dar más y mejor que ahora, en la llamada era de la información, donde todos se han vuelto más tontos que cuando sólo habían unos pocos libros. Que ahora para que se reúna gente que de verdad protesta contra algo relevante, vete y búscatelas. Ahora, para gilipolloncias, lo tienes. Los nazis están más unidos que los antifachas, debe ser también porque tienen poca neurona y admiten mejor la presencia y órdenes de líderes y estructura piramidal, aquí, a las siete, todos el miércoles, y allá que van. Crecen los fascismos, el retraso es máximo, es infalible, cuando más necesita el pueblo unirse para luchar por una libertad y respeto reales, es cuando florecen las ideas retrógradas y fascistoideas, y salen a la calle los engendros. Y cada día se lee menos a los clásicos.
Hace muy pocas décadas era posible a un horario de máxima audiencia ver una entrevista a Salvador Dalí, a Buñuel, a Alberti. Hoy a quien se les deja hablar en medios, en la tele en particular, es a los más tontos, a los tarados. Por eso se le está dando tanto bombo al Bosé, para que cualquier persona que sienta que lo que se está haciendo en la gestión grupal de esta pandemia no es correcto, que se está haciendo mal, sienta que es mejor callar, porque la conclusión -lo lograron- es que oposición equivale a situarse en el lado de los frikis.
Así han hecho con el animalismo, donde en un área denominada de Bienestar Animal, han colocado a un monigote inútil llamado Sergio García Torres, que se está reuniendo con todo dios para según él hacer una ley mejor que la que hay contra el maltrato animal. Se ha reunido, más que con gente de la lucha animalista, con expertos en distintas disciplinas y marcos de actividad de la defensa animal, con criadores de perros, con cazadores, con taurinos. Y allí anda, tan contento de tener la "fama" que deseaba en esa sillita, traicionando a los animales, como lo hace siempre el marco denominado "bienestar animal", y cuando calce la nueva reforma de ley será un espanto, trabaja el tipo para dar más manga ancha a los tratantes de animales. Pero en fin, el que no lo supiera, bienvenido al mundo: desde la política no se puede trabajar de verdad por los animales, porque la política no va a traicionar su mayor fuente de ingresos: las tratas, tratas de animales no humanos y humanos, que nutren cada año la panza del Capital, casi tanto como el trasiego mundial de las drogas.
Y todo genial.
La estrategia es que hable el más tonto desde cada ámbito.
Desde la música el Omar Montes. Y el peluche gigante Miguel Bosé.
Desde la literatura, las y los presentadores, que jamás escribieron nada y de pronto nos han salido novelistas (he leído las primeras páginas de estos intrusos y son peor que pésimas) y escritoras y escritores espantosos que entretienen, literatura de entretenimiento, nulo argumento para hacer pensar, nulo interés literario de los libros que destilan estos estafadores cada año o dos años. Ya despachó bien esta estafa literaria la revista La Fiera Literaria, el mismo poeta Jesús Lizano, en sus Cartas al Poder Literario, denuncia esta situación de secuestro del lugar cultural.
En los telediarios los oradores del capital, de las tres noticias del día, del covid covid covid. Para que el susto no descienda, tiene que estar, ya que lo hemos logrado, señores, en lo más alto. Noticias de impacto como asesinatos o reyertas de barrio. Programas de investigación que ofrecen los entresijos al pueblo, oh, de cómo se las ingenió un tipo para vender su pan a la mitad de precio. Una gran tarea social, sí señor, mostrar esto. Nunca investigarán estamentos podridos hasta la médula como el ejército, el Parlamento y sus alrededores, los mataderos, los prostíbulos, la tauromaquia por dentro, la iglesia católica por dentro, el Islam por dentro. Hay espacios sagrados intocables para el periodismo. Entonces ¿esto es periodismo? Por definición, no. Al no ser libre.
Mascarilla sí, mascarilla, no. En la playa si, en la playa no. No hace falta, que hace calor. Los jovenes son los que ahora traen los rebrotes. A estas alturas es cuando se recuerda que existen lugares llamados puticlubs (trata de mujeres por una cultura de violencia machista), donde ahora que lo pensamos por ahí podría estar extendiéndose el contagio... ¡Se cierran!
La vuelta al cole, todo irá bien, estamos preparados, dice un educador. Yo no lo veo, dice otro. Es una locura. Las residencias de ancianos, se pasa por ellas de puntillas, por su estructura interna, de estos lugares, son breas en cuanto a los contagios, pobres abuelos, pobres, llegar al final de sus vidas y que se les trate así, siempre los últimos, cuando arrastraron el carro hasta llegar aquí.
Y bueno, ninguno fue santo, todos intentamos mejorar.
Yo sólo digo que en tanto al daño al planeta hemos de mejorar todos. Ya di el paso, siempre lo digo, al veganismo, la mejor forma de ser digno y de poder nombrar la palabra respeto, en tanto a la emergencia climática la primera medida a tomar para reducir el impacto de nuestros actos y hábitos en la capa de ozono. Las emisiones de CO2 de las naves de billones de animales destinados a una anormal y cruel alimentación humana, son mayores que el tráfico rodado. Un paso masivo al veganismo traería respiro a la tierra, quizá, quizá pero es nuestra única oportunidad, comenzaría una reparación de todo el daño causado a nuestro entorno, a la única casa donde vivimos, no la de la hipoteca, no de la que salimos con la mascarilla, sino la casa de columnatas de árboles y techo auzl. De esa casa ya nadie habla. El poder mundial lo consiguió. Que sólo los monigotes hablen desde los púltpitos más mayoritarios y los demás repliquen a los monigotes. Si siguen atentos al programa, después de los anuncios les pondremos las primeras palabras de Paloma Cuevas sobre la novia de Enrique Ponce. Paloma, somos de Socialité, queremos saber... ¡No tengo nada que decir del tema! ¿Paloma? (Sonido de telefonillo colgado. Millones de gente mirando la tele, paralizadas en su sofá). Aquí lo tienen, las primeras reacciones de Paloma Cuevas desde que el diestro la dejase por la estudiante de...
