No son delincuentes, son desesperados
La crisis y el desigual reparto de la riqueza provocan tensiones y desenfocan la realidad simplificándola con frases sencillas que calan en la sociedad. Una de las frases que suele escucharse repetidamente es “Si los inmigrantes te gustan te los metes en tu casa”.
En ese desenfoque a la compleja realidad se mira al millonario (hay 224.000 en España, en 2017, con un crecimiento del 10% sobre el año anterior) que apenas paga impuestos y se le agradece que regale a un hospital público una máquina útil para luchar contra el cáncer.
En el desenfoque se mira al inmigrante y se le acusa de que haya paro y de que los salarios sean bajos.
Con la mirada puesta en los más débiles, crece el rechazo a la inmigración, crecen el racismo y la xenofobia y se aceptan y justifican como normales atrocidades que se cometen contra ellos y que sufren por el solo hecho de ser débiles, por ser pobres.
En la vieja Europa, la que desplazó en las guerras a millones de personas a América (a países donde también había pobreza y paro) hemos visto como, en Holanda, se quitaba el dinero y sus objetos de valor a los inmigrantes “para pagar su estancia en el país”. También hemos visto en Austria, Dinamarca, Polonia, Hungría y Chequia a gobiernos de extrema derecha dejando morir a quienes huyen de guerras, como la Siria, de las que nosotros somos culpables de haber colaborado por espurios intereses económicos; como lo hemos sido, durante siglos de la colonización de África aprovechándonos de gobiernos corruptos.
En la vieja Europa, en Italia, lo último es cortarles las suelas de los zapatos a quienes entran en ese país. La misma Italia en la que se hace un censo de gitanos para expulsarles.
En nuestra Comunidad un gobierno de abanderados de la fe que juran delante de la Biblia no han tenido ningún problema en dejar sin asistencia médica a extranjeros mientras aprueban que se atienda bien a quienes llegan en yate o avión dispuestos a operarse en nuestros quirófanos. Las mismas personas que no pestañean cuando conocen que se han ahogado 3.100 personas en el Mediterráneo. Lo justifican por la existencia de mafias.
Al otro lado, el EEUU, el país formado por oleadas de emigrantes venidos mayoritariamente de Inglaterra e Irlanda que, para ocupar ese suelo, masacraron hasta exterminarlos a los indios aborígenes. El mismo país que reza fervoroso y lee la Biblia (¡Ay Dios! ¡Cuántas barbaridades se han cometido y cometen usando tu nombre!) , hoy está dirigido por un millonario xenófobo sin principios ni valores que en su última fechoría separa a los niños pequeños de sus padres, hacinándolos en centros de internamiento. Dos mil trescientos están ahí y un centenar son menores de cuatro años.
Separar a los progenitores de sus hijos es algo que nunca se atrevió a hacer Obama ni tampoco Georges W. Bush como acaba de decir su mujer. Algo que lo ha denunciado hasta Melania, como también lo ha hecho el Alto Comisionado para los Derechos Humanos. Algo que no es populismo y hay que llamarlo por su nombre: fascismo, que es lo mismo que se hacía en Auswitchz y en otros campos de concentración nazis. Es crueldad sin límites, es utilizar a los niños para aterrorizar. Es un crimen de lesa humanidad.
Pero a Trump le vale todo. Este mentiroso compulsivo acaba de decir que “la delincuencia en Alemania está en alza por admitir a personas que han cambiado violentamente su cultura”. La realidad importa muy poco pero voy a anotarla: La delincuencia cayó en Alemania el año pasado un 5% situándose en el nivel más bajo desde 1992. Otro dato: los delitos cometidos por los inmigrantes han descendido un 23%: ¿Pero a quien le importan los datos?
Ante esta realidad atroz e inhumana ante la que algunos callan como callaron en Alemania, otros lo justifican y a otros nos espanta y nos duele el alma por ver lo que vemos, suele ser: “Pues métetelos en tu casa”. ¡No es eso! Tampoco meto en mi casa a una mujer maltratada, ni a quien precisa unos cuidados intensivos, ni a un niño huérfano. Quiero que con el dinero de mis impuestos sea el Estado el que se ocupe de todos ellos, como también quiero que ese mismo Estado preste ayuda en emergencias internacionales como la de Haití sin robar tal como hizo nuestro Conseller Rafael Blasco. Porque mi orgullo de español es eso y no poner una bandera en mi balcón. Mi orgullo es que mi País, atienda en lo posible a personas humanas que sufren penalidades.
Cuando alguien en mi entorno expresa su odio al extranjero me vienen a la cabeza unas preguntas: ¿Y tú qué has hecho para nacer aquí? ¿Pensarías igual si tus padres se hubieran ido a vivir a Nigeria y por esa circunstancia hubieras nacido allí? ¿Pensarías igual si, desde otro lugar hubieras tenido que escapar de una guerra arrastrándote con tu hijo miles de kilómetros sufriendo vejaciones, con el riesgo de morir en el camino, arropado/a tan solo con el sueño de un futuro mejor? Al menos deberían tener un poco más de corazón para no mirar con desdén a esas personas.
Naturalmente que no estoy hablando de abrir las fronteras pero si de enfrentarse de un modo más humano a un problema que está ahí. Hablo de que en Europa se necesitan inmigrantes para evitar el envejecimiento poblacional y hablo de que 4-5 MM de inmigrantes suponen apenas un 1% de la población europea. No es “buenismo”, es humanidad, algo de lo que carecen muchas personas que consciente o inconscientemente o por miedo, aúpan al poder a personajes siniestros. Personas tal vez buenas, engañadas o equivocadas, que por el hecho azaroso de haber nacido en un lugar se consideran superiores. ¿Qué otra cosa considerarse superior sino nazismo?
EL GOBIERNO FRANKESTEIN SE MUEVE PARA DESCONCIERTO DE ALGUNOS
En escasas dos semanas hemos visto a este gobierno tan en minoría tomar o proponer medidas que no cuestan dinero y que tienen un indudable valor humano como 1) Quitar con concertinas cortantes 2) Evitar que los inmigrantes del Aquarius se hundan en el mar como ya han muerto 2.300 personas en dos meses 3) Quitar honores en la tumba un dictador entregando sus resto a la familia 4) Cambiar los aspectos más lesivos de la reforma laboral 5) Quitar la medalla a un torturador 6) Legislar la muerte digna 7) Equiparar el permiso de paternidad entre hombre y mujeres 8) Acercar presos para no castigar injustamente a familiares y amigos 9) Liberalizar concesiones a autopistas 10) Hacer TVE más plural. Otra medida satisfactoria que ya viene en los presupuestos es la de mantener el poder adquisitivo de las pensiones. También lo es, aunque sea por egoísmo y para evitar enfermedades, el dar sanidad universal a los sin papeles que el anterior gobierno excluyó (el coste de 1.100 MM resiste muy bien la comparación con tantos despilfarros que conocemos). Entiendo que, por medidas tan sencillas como estas, muchos anden desconcertados.
Mi querido amigo es evidente que nosotros compartimos muchos jenes.. Lo que realmente nos separa son las vivencias. En lo personal he aprendido que si bien lo inmediato es importante, lo fundamental es la capacidad en digerir aquello de lo que podemos alimentarnos. En la vida cada uno es lo que puede ser y no lo que podría haber sido. por la sencilla razón, de que si no fue, es porque no pudo. Siempre te leo con mucha atención y respeto. Pero... Ni sopem ni el tio es mor. Con todo el afecto que tu sabes que te profeso y por el respeto que te tengo debo darte mi opinión. En julio seguramente Libreria Rinaldi y Risso, publicaran "El crucero Vizcáya y otras historias., Se que te alegraras por cuanto tú fuistes uno de sus tutores. Y para octubre si es que estoy vivo, terminaré "La historia de un regreso" Doscientas y tantas págínas tamaño A4 en las que transcribo opiniones y comentarios ajenos, apoyados por más de cien fotografías que le dan vida..