La arrogancia es una forma de mal gobernar
Acabo de leer una columna de José Luis Ramos hablando de lo importante que fue hace 20 años la movilización ciudadana en el tema del Cabanyal. Cuenta que al colectivo vecinal se le trató siempre con frivolidad desde el poder municipal y que la alcaldesa Rita Barberá se negó a recibir a sus representantes en un grave error de previsión, confiando en sus importantes despachos de abogados y considerando que las protestas eran de cuatro descamisados a los que se negó reconocer. Pese a ello, el grito de “¡salvem el Cabanyal!” fue ganando adeptos, ante el despropósito de pretender derruir 1.700 viviendas de un barrio con un valor patrimonial considerable que se tenía que proteger, como finalmente dictaminaron los jueces.
Me imagino a los defensores del proyecto del Ayuntamiento hablando de “progreso”, de las elegantes viviendas que allí se construirían, de las hermosas avenidas, de los puestos de trabajo que se crearían, de riqueza para todos y de hoteles que llegarían tras derribar “viviendas viejas”, sin ningún interés.
Todo ello me ha venido a recordar lo que sucedió con el proyecto Pedrera-Port, siendo entonces alcalde Alfonso Ferrada. “Son cuatro desgraciados que van contra el progreso” -debió pensar el primer edil cuando recibía en su despacho a la empresa urbanizadora mientras ambas partes compartían que “no había que hacerles ningún caso.”
La pequeña agrupación de solo 13 vecinos fue creciendo y ganando apoyos. El inicial pequeño grupo hizo declaraciones públicas en los medios y acudió varias veces a los Plenos municipales a exponer sus reivindicaciones. En esa pequeña lucha, la pequeña asociación vecinal ASNADE también se ocupaba (y se sigue ocupando) de transmitir el mensaje de que la depuradora, en donde está instalada delante del mar, deteriora toda una zona litoral.
El desprecio seguía. Y cuando el entonces alcalde nos recibía (que sí nos recibió) era sólo para hacerse una foto para así mostrar su actitud dialogante. La realidad era otra: de puertas adentro el lenguaje de aquel alcalde y el de su concejal de urbanismo eran de arrogancia y desprecio. Ellos jugaban la partida de la sinrazón. Nosotros entendíamos estar cargados de razones.
En el camino hubo intentos de acabar con nosotros, como seguro que en el Cabanyal debió suceder lo mismo. Fue en una comida en el Morro, en donde dos mandados desde una institución provincial me hicieron una propuesta económica muy elevada, pensando, como muchos piensan, que el dinero lo puede todo. Se equivocaron de lleno. Los recuerdos de aquel PAI quedan atrás y en breve saldrán de nuevo a la luz en un libro: “ASNADE, historia de una pequeña asociación vecinal”, en donde se recogerán artículos publicados sobre los tres pilares en los que se asienta la “Plataforma Ciutadana per la Transparència” creada en el senode ASNADE: agricultura, depuradora y de S. Gregori, con las 14 revistas “Sequiols de Burriana” que se editaron para ayudar a la difusión de nuestros mensajes.
¿Cómo acabó aquel proyecto urbanístico? Acabó con la firma de un documento en el que la empresa aceptaba todas nuestras reivindicaciones. ¿No habría sido más sencillo sentarse a hablar desde el primer minuto? Lo que planteábamos era tan simple como atendible: Pedíamos que no nos echaran del suelo en donde habíamos vivido nuestra infancia y donde vivieron generaciones de nuestros antepasados. Si querían urbanizar aquello que lo hicieran pero respetando nuestro derecho a seguir ocupando aquellas tierras reservándonos, dentro del PAI, un espacio para los allí residentes.
Parece que no era fácil hablar, y no lo era por la arrogancia que muchos políticos se invisten de una arrogancia que les impide escuchar, que les hace creerse superiores y en posesión de la verdad absoluta. También por su determinación de defender a determinados grupos de poder económico.
Ha pasado el tiempo y ahora mismo estamos con otros actores delante, con otro proyecto urbanístico y otros gobernantes, pero con la misma vestimenta de la marca arrogancia, la misma frivolidad, una frivolidad que les impide escuchar peticiones tan simples como la de sentarse a hablar y de que la documentación del expediente cumpla con todo lo que dice la ley.
Ellos van a lo suyo y aprovechan sus medios para pregonar su “esfuerzo de transparencia”, y su “gestión positiva.” También ¿cómo no? de “puestos de trabajo para todo tipo de empresas. Para los comercios, para la hostelería” “Hablan de “grandes oportunidades económicas” de “mejoras en las infraestructuras y muchos otros beneficios para los ciudadanos”. Y, a la vez, ignoran a los que consideran descamisados que entienden “no están a favor del progreso”.
La misma historia, las mismas actitudes, los mismos argumentos. Llegados a este punto HAY QUE RECORDARLE A LA SRA. ALCALDESA QUE DESPRECIA A ASNADE(PLATAFORMA CIUTADANA), QUE LAS TRES ACTUACIONES (CABANYAL, PEDRERA Y S. GREGORI) TIENEN UN NEXO EN COMÚN QUE SE LLAMA JOSÉ LUIS RAMOS SEGARRA QUE, ADEMÁS, SE ACOMPAÑA DE UN LICENCIADO EN DERECHO, EXPERTO EN URBANISNMO: EL EX FUTBOLISTA JOAN BTA. PLANELLES MARCO.