No es oro todo lo que reluce

Normalmente, cuando llega el período electoral, los partidos políticos nos inundan con falsas promesas y proyectos faraónicos, a fin de arrimar el voto a sus siglas, lo cual entra dentro del esperpéntico juego electoral. Lo que no es normal, es que pasados 16 meses de las pasadas elecciones, sigamos recibiendo un incruento bombardeo de noticias espectaculares que salidas de la Casa Consistorial, nos prometen el oro y el moro. (Ruego no se me trate de xenófobo por esta expresión tan castellana).

A los jubilados les van a ofrecer un pequeño huerto para cultivar hortalizas. El proyecto de Llombay-Monges navega viento en popa (que es cuando menos navega el barco). Estas fiestas tienen más toros que nunca. El problema de los chiringuitos ya está solucionado, para el año próximo. Estamos a punto del relanzamiento turístico para Burriana. Los desdoblamientos de las carreteras de Vila-real y Almazora, ya casi son una realidad. El nuevo instituto, después de los problemas iniciales, estará listo próximamente. El Centro de Salud de Novenes, ya ha sido adjudicado y las obras comenzarán en breve.

No continuo con más titulares de prensa, por respeto a mis lectores, aunque pudiera llenar con ellos una veintena más de renglones. Cualquier ciudadano no empadronado en esta localidad que lea la prensa diaria, debe quedar anonadado ante tanta proyección evolucionista que se desarrolla en nuestro término municipal, más aún si desconoce la realidad económico financiera de las arcas locales. El Plan de Estabilidad Presupuestaria 2008-2010 que se aprobó este verano en el Pleno municipal, nos predispone a un período de “vacas flacas”, “ajuste de cinturones” y control minucioso del gasto público.

El burrianero de a pie, conocedor o no de esa realidad tangible, hace algún tiempo que ha dejado de creer en los titulares de prensa, dando otra utilidad a esa sucesión interrumpida de flores de papel que solo sirven para adornar las carrozas de la Batalla de Flores, aunque otros haciendo gala de su finura, utilizan el confeti para otro menester.

El pueblo soberano “ya no se chupa el dedo” cuando ve a los beneficiarios de la asignación destinada al paro agrícola, dándose un baño en las acequias, en horas de trabajo, recordando como esas mismas personas, en el Pleno anterior, asaltaron el salón municipal, con pitos y bocinas, al grito lastimero y ensordecedor de “Queremos comer”. Los nadadores de élite son dignamente recompensados por sus hazañas, pero ¿qué recompensa debemos dar a estas personas que se ríen de nuestros gobernantes, incapaces de controlar tanta sinvergüencería?. Que se ayude digna, económica y socialmente a todo aquel trabajador agrícola que por las circunstancias temporeras de su profesión, se encuentre en situación de desamparo y al farsante embaucador de multitudes, pusilánime, vago y “satisfet” que reciba su justo castigo, apartándolo del beneficio pecuniario que sale del dinero público, de todos los ciudadanos que pagamos religiosamente nuestros impuestos. Aquí quisiera oír yo, la voz autorizada de los sindicatos que supuestamente tiene que controlar a sus afiliados.