La iniciativa de Pedro Sánchez
Desde que Pedro Sánchez, al final de su discurso en la segunda sesión de investidura de Mariano Rajoy, pidió a “Las fuerzas del cambio”, a todas menos al PP, “altura de miras y generosidad” para asumir su responsabilidad ante los españoles: “La de ofrecer, una solución a este país, al atasco político” en el que le ha metido Mariano Rajoy.
Esas palabras fueron a partir de ese momento, como abrir “La caja de Pandora” de donde han empezado a crecer las críticas de los que le reprochan a Pedro Sánchez por no favorecer al investidura del Presidente en funciones, por un lado, y siguen insistiendo para conseguirlo, recurriendo a propuestas ficción, para lograr que Mariano Rajoy consiga continuar de Presidente y gobernar cuatro años más.
De entre todas las acusaciones que se le hacen al líder socialista, la más destacada es la “adjudicación de la culpabilidad de unas nuevas elecciones”. Que la hace Mariano Rajoy y la banda de comediógrafos de los medios de comunicación: El País, La Razón, El Mundo y otros medios televisivos, parece que hacen carrera para ver quien logra doblegar la justa y democrática posición del Comité Federal del PSOE, en su ¡NO! de ningún de las maneras a Mariano Rajoy o cualquier otro “sustituto” – que no lo va a haber – de Mariano Rajoy, al menos en estos momentos.
Y si alguien está siguiendo el desarrollo de los acontecimientos, el fracaso cantado de antemano de Mariano Rajoy en su investidura con los 180 votos en contra, tendrá que admitir que las cosas no se cambian así tan fácilmente, precisamente por la estructura parlamentaria surgida de las urnas tanto el 20-D como el 26-J. y las posiciones tan distantes entre ellas, lo están haciendo imposible. Y si eso no se reconoce, pues no es posible, ningún cambio de Gobierno y de políticas.
Que Mariano Rajoy nos haya anunciado desde China, en respuesta a un periodista, que le preguntaba lo que iba a hacer tras su fracaso y este le contestara: “Perseverar”, se reduce a que va a intentar lograr la “Deseada alianza PP-PSOE” para poder gobernar. Y así va a estar, a ver si madura la fruta y cae del árbol.
Esa estrategia, la única que tiene Rajoy, y que es más vieja que Matusalén, tiene las patas muy cortas, no tiene ni recorrido posible ni va llegar a la meta como desea el Presidente en Funciones. Y no son elucubraciones de este aprendiz autor de este artículo, sencillamente es constatar que Pedro Sánchez ya ha vuelto a rechazar de nuevo el formar una coalición con el PP.
El pasado martes 6 de los corrientes, el líder socialista se lo comunicó personalmente al Presidente del Gobierno en funciones, con quien mantuvo una conversación telefónica de apenas 10 minutos. Rajoy pidió Sánchez que reconsidere su postura, a lo que este se opuso.
El dirigente del PSOE hablo también con el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, quien abogó por un pacto que sume también a los partidos independentistas.
¿Qué estrategia pretende llevar a cabo Pedro Sánchez?
Yo estoy convencido, que aun consciente de que la ronda de conversaciones con Iglesias y Rivera, no anuncien así, de entrada buenas expectativas para Sánchez, la iniciativa del líder socialista, de “perseverar” – de verdad – para obtener una visión exacta acerca de las posibilidades de desbloquear el proceso actual. Es saludable ejercicio, creo yo, a pesar de las incompatibilidad entre Podemos y Ciudadanos.
¿Por qué ha tomado esa iniciativa pues? En primer lugar para no hacer cábalas y proyectos que no terminen bien. Por ejemplo, si no es posible alcanzar la mayoría necesaria, como ya lo anunció cuando expuso su iniciativa, que no se planteaba presentarse como candidato alternativo a Rajoy. Al menos lo que va a quedar demostrado a través de esa iniciativa, es que no es posible por el antagonismo de Podemos y Ciudadanos que ya quedo plasmada en la primera votación, en la que Podemos y el PP votaron en contra de la investidura del proyecto socialista.
Y que ahora, si se tiene que ir a unas nuevas elecciones, sin ser estas un delito, la culpabilidad que hoy le atribuye toda la campaña mediática al PSOE de ir a las elecciones. Ya no va a tener ninguna validez y no les va a servir al PP de cara a las elecciones, que serán inevitables, precisamente por otras razones.
En mi modesta opinión, creo que la iniciativa de Pedro Sánchez es la expresión de una estrategia política basada en una ingeniería de gran tecnología, propia de dirigentes de la talla de Pedro Sánchez. Esa es mi profunda convicción.
Y lo que lamento es que destacados dirigentes socialistas –por el puesto que ocupan, que no por sus afirmaciones – no hayan entendido a estas alturas ni a Pedro Sánchez ni cual debe de ser la hoja de ruta de todo el PSOE.
Las declaraciones de algunos de estos “personajes” muestran el gran desconcierto que acusan ante la compleja situación por la que atravesamos en el país. Si en lugar de comportarse, como lo hacen, se dedicaran a impulsar en las organizaciones que dirigen en Castilla la Mancha, en la Comunidad Valenciana, Extremadura, Asturias, etc., para salir a las calles y plazas de sus pueblos a explicar la posición de la dirección del Partido, para ganar así influencia, la recuperación de los votos socialistas perdidos a lo largo de estos últimos años. Otro gallo cantaría al PSOE y al país. Si, la de un gallo a favor de los trabajadores, en contra de las desigualdades y la corrupción, y por el mantenimiento del Estado de Bienestar, en una sociedad de libertad y solidaridad.
La actitud de Pedro Sánchez, a mí me parece de una inteligencia política de la que aprender, incluso aunque algunos de los que se “auto titulen barones”. Aprender, nunca está de más, sobre todo en periodo de crisis.
En conclusión, tenemos a un Mariano Rajoy cuya tarea es “perseverar” que viene a ser, estar tocándose los cataplines a la espera de que la fruta caiga madura. Y la verdad creo yo, que por mucho “perseverar” no creo que si intenta otra investidura, pueda lograr ni tan siquiera los 170 votos que los hicieron posibles, Ciudadanos.
Ya que los últimos acontecimientos con el ex-ministro Soria, su designación y su posterior dimisión en 48 horas, ha venido a demostrar - por si no lo sabía Albert Rivera – que el PP es capaz de firmar con una mano un documento anti-corrupción, y con la otra premiar a un corrupto, que tuvo que dimitir de ministro por mentir a los españoles, negando que tenía una participación en una sociedad de un paraíso fiscal.
Y eso quizá les pueda llevar a Ciudadanos a no sentirse ya vinculados al PP y al acuerdo que establecieron. Y ante esta posibilidad que agudiza la inviabilidad de una nueva investidura para Mariano Rajoy, sus resultados si lo intentara, serian de carcajada.
Claro que conviene ir aclarando, todo lo que están confundiendo los medios y otros acerca de lo que consideran “una pérdida de tiempo” de Pedro Sánchez.
Cuando, de por terminada la ronda de conversaciones de Pedro Sánchez con Pablo Iglesias y Albert Rivera, ¿Qué es con lo que nos vamos a encontrar?
Él porque, me parece obvio. Por un lado vamos a tener al PP y a Mariano Rajoy y desde todos los puntos cardinales acusando a Pedro Sánchez, de que por su culpa vamos a unas terceras elecciones.
El PSOE que ha advertido de que él no se presentara como alternativa a Rajoy, si no cuenta con la mayoría suficiente. Pero las entrevistas que ha iniciado, van a servir para poner en manifiesto públicamente que ni con Ciudadanos y Podemos por las posiciones cerradas de incompatibilidad manifiesta, no es posible alcanzar un acuerdo para lograr una investidura de cambio, y ni mucho menos para configurar un Gobierno para el país.
Por un lado Ciudadanos, nadando en la incertidumbre de lo que quiere y de cómo conseguirlo, no parece que podría dar un nuevo giro de 180 grados y retomar la posición con que firmó su acuerdo con el PSOE en febrero, al estar muy reciente su pacto con el PP. Y su incompatibilidad con Podemos ha quedado sobradamente de manifiesto a lo largo de este dilatado periodo electoral.
La conversación con Pablo Iglesias, no parece que vaya a cambiar las cosas, la reivindicación de un referéndum sobre la relación de Cataluña con España, que exige el líder de Podemos es incompatible con la resolución del pasado 28 de diciembre del Comité Federal del PSOE.
Y más claramente, me parece que un acuerdo PSOE- Podemos es inconcebible bajo estos parámetros podemistas. Ya que el PSOE lo que defiende como solución a la crisis política e institucional en Cataluña, es una reforma de la Constitución que recoja un modelo federal para España.
Y a mí me preocupa, - y supongo que a mucha más gente - que a pesar de las cautelas de Pedro Sánchez sobre los límites de sus conversaciones, que a cada paso, tiene que aclarar que no se postula como candidato a la Presidencia. Haya algunos “barones” que critiquen que esta ronda que está celebrando el Secretario General del PSOE, es una pérdida de tiempo. Aunque son incapaces de elaborar y convencer al Comité Federal con la propuesta que fueran capaces de proponer.
Este es uno de los graves problemas internos, que a mi juicio, el PSOE tendrá que abordar y resolver con el conjunto del partido, con ocasión del Congreso del partido cuando las circunstancias lo permitan.
Quien no haya entendido la posición del Comité Federal con relación al ¡NO! al Gobierno de Mariano Rajoy, se está perdiendo la ocasión de contribuir al desarrollo del giro en las relaciones PP-PSOE en un futuro de este país. La cultura del futuro entendimiento sobre temas que afecten al Estado, solo van a ser posibles entre un PSOE recuperado de sus pérdidas electorales y un partido de Centro Derecha exento del pedigrí y el origen que caracteriza al PP de Mariano Rajoy.
Avanzar en esa dirección va a exigir notables cambios en la regeneración de los partidos de izquierda y de derecha de nuestro país. Un reto que tendremos que abordarlo cada cual en la medida que le corresponda.