Aporofobia (Rechazo al pobre)
Algunas personas, con actitudes de rechazo a extranjeros y discriminatorios con determinados grupos étnicos, si se les acusa de xenófobos o racistas, niegan rotundamente que lo sean. Para demostrarlo dicen tener entre sus amistades personas de color, extranjeras y pertenecientes a grupos étnicos discriminados. Sobre el tema me viene a la memoria, Luis Aragonés, que en su día fue acusado racista, por unas manifestaciones que hizo sobre las personas de color, y para defenderse, dijo que no era racista ni xenófobo y prueba de ello es que entre sus amistades tenía personas extranjeras y de color. Eso era cierto, pero el caso que las amistades extranjeras y de color que tenía el señor Aragonés eran deportistas de élite con grades ingresos económicos.
No creo que el señor Aragonés fuera de los que creen en la superioridad de la raza blanca sobre el resto de razas, como creen los racistas, y por ello las rechazan. Tampoco creo que tuviera fobia al extranjero o inmigrante como tienen los xenófobos. Pero, según mi parecer, una persona no crea en la superioridad de la raza blanca ni tenga odio al extranjero o inmigrante, no se le puede acusar de racista no xenófobo, sin embargo, ello no quiere decir que no tenga rechazo a una parte de extranjeros o inmigrantes.
Para una mejor comprensión que se puede tener rechazo a extranjeros y grupos étnicos, sin ser racista o xenófobo, hay que comprender el significado de la palabra “aporofobia”. El concepto de aporofobia, fue acuñado por la valenciana Adela Cortina, Catedrática de Ética y Filosofía Política, para diferenciar la discriminación de los extranjeros o inmigrantes fundada en el racismo o la xenofobia. Pues se observa que hay un sector de la sociedad que no margina ni discrimina a los inmigrantes o a las personas de otras etnias, si se trata de personas con un importante patrimonio, importantes recursos económicos y/o de gran relevancia social o mediática. Es decir, si son ricos o importantes socialmente, da igual que sean extranjeros o de color. El caso es que la citada filosofa, en los años 90, definió como aporofobia, la conducta de rechazar a los extranjeros o inmigrantes por razones económicas. También consiguió que aporofobia fuera declarada la palabra del año en 2017, por la Fundación del Español Urgente (Fundéu) y que fuera incluida en el diccionario de la RAE que la define como "la fobia a las personas pobres o desfavorecidas". Así las cosas, se dice que la aporofobia consiste en un sentimiento de miedo y de rechazo al pobre, o sea, al desamparado, al que carece de medios económicos. Dicho de otro modo, es una actitud de repugnancia u hostilidad ante el pobre, la persona sin recursos, la desamparada.
Como ejemplo de conductas aporofóbicas puedo citar que hace unos años estaba yo en un pequeño comercio de una pequeña ciudad, donde todos se conocen. Estábamos, la dueña, dos clientas y yo. Entró una cuarta mujer y con voz alta dijo “sabéis que la hija de fulana se va a casar, con un moro”, las tres mujeres presentes dijeron a la vez “y su madre la deja”, la respuesta fue “es que es médico”, entontes todas expresaron ¡¡Ahhhh!! “eso es diferente”. Es evidente, que el rechazo inicial, fue porque pensaron que se trataba de una persona pobre. Otro ejemplo, es que son muchos los pueblos de nuestro litoral donde son mayoría los extranjeros empadronados, pero como se trata de jubilados que gozan de un alto nivel de ingresos económicos, que generan buenos ingresos económicos en los comercios locales, comprando casas y generan empleo contratando servicios, nadie se queja de esos extranjeros, aunque lleguen a formar una mayoría en el pueblo. Y si los extranjeros, son jóvenes millonarios que eligen España para gastar su fortuna, mejor que mejor, aunque se trate de jeques árabes que traten como siervos a todo el personal a su servicio, incluido a su mujer o mujeres.