La cultura en vías de extinción
El señor Wert ya se debe de haber acostumbrado a ser rechazado cuando se pone a dar premios… y es que el rechazo de la fotógrafa Isabel Steva, más conocida como Colita, es el segundo de este año, pues la semana anterior fue Jordi Savall quien tampoco pasó a recoger su Premio Nacional de Música. Y en el 2012 el escritor Javier Marías no quiso el Premio Nacional de Narrativa…
Y, desde luego, no es de extrañar este comportamiento. Para nada es el comportamiento de personas que se las pueda catalogar de extravagantes artistas que lo hacen por “postureo”… Lo hacen, convencidos que se está cometiendo un verdadero acto de vandalismo hacia la cultura y la educación de nuestro país.
Los recortes presupuestarios han minado a ambas de manera brutal: el cine, el teatro, los museos y las bibliotecas, todo ello considerado en su día por el ministro Montoro como “entretenimientos”, han visto como, entre tijeretazos y más tarde el aumento del IVA aplicado, las han dejado sumidas en la más negra oscuridad, que ha llevado al cierre de innumerables salas de cine, y a que muchos teatros hayan reducido su oferta o incluso bajado sus telones. Y todo esto sin entrar a hablar del estado en que está quedando la educación, con los recortes económicos y personales, aumento de ratios y esa “Ley de Calidad” que acabará de rematarla…
Qué lástima. Qué pena infinita me produce esta masacre cultural que no cesa.
Y aunque ya hemos llegado a un estado en el que a los ciudadanos no nos extraña nada, pues esto de desayunarnos cada día con nuevos casos de corrupción y malversación de fondos públicos nos está dejando insensibilizados y algo catatónicos, aún tuve la capacidad de indignarme infinitamente el otro día, cuando me enteré que la única biblioteca de mi barrio se ha quedado reconvertida en lo que, eufemísticamente, han denominado “sala de lectura”, abriendo sus puertas solo determinadas horas al día. Ahora los lectores y los estudiantes tienen que reorganizarse (esto, para los responsables de nuestra salud cultural, es cuestión de ajustes horarios y poco más) y utilizar la biblioteca en esos momentos del día en que estará abierta…
¿Para qué vamos a dar facilidades a la ciudadanía para que se instruya? ¿Para qué ofrecer una posibilidad de igualdad de oportunidades? Eso son chorradas innecesarias. Aquí solo necesitamos personas que piensen poco y consuman mucho (los que puedan), que para eso estamos inmersos en esta sociedad mercantilista, en la que libros, música, teatro, cine, educación son artículos de lujo que solo deben poseer aquellos que tengan para pagarlo, ¿verdad señor Wert?
Comparto tu indignación, María José, y la impotencia que se sufre al no poder hacer nada inmediato, mientras nos vamos enterando que los senadores hacen viajes privados a cargo del erario público, que los 86 altos directivos de Cajas de Ahorros intervenidas, utilizaban tarjetas “Black” para uso personal, que parece que es común cobrar una comisión del 3-5% en las adjudicaciones públicas de los ayuntamientos, que aunque las adjudicaciones sean legales, los “amiguitos” meten en las plicas precios irrisorios para eliminar la competencia y llevarse las contratas sabiendo que después pueden pedir sobrecostes (así obras presupuestadas triplican el precio inicial de adjudicación), que por todos lados se contratan “Consejeros” a dedo que cobran una millonada y no hacen nada… Necesitamos un cambio de política y de políticos… y solo nos queda, como medio de protesta, las urnas… veremos dentro de un año, qué elegimos… que igual me sorprendo y veo que la mayoría quiere que las cosas sigan igual.