La ciudadanÃa lo merece
A 15 dÃas de las elecciones que han llevado a configurar un nuevo e ilusionante panorama polÃtico, nos encontramos ante lo que parece un “remake” de la campaña, con intervenciones y declaraciones de todos los partidos afianzando sus diferentes posturas: los unos diciendo con quién sà o con quien no van a pactar y los otros saliendo a la palestra con discursos cargados de resentimiento y con la intención de causar miedo a la ciudadanÃa, ejemplo claro lo tenemos en las palabras del presidente del Gobierno ayer, en la rueda de prensa convocada después del encuentro con su homólogo marroquÃ, en la que aprovechó para arremeter contra los partidos de “extrema izquierda” y los posibles pactos en los que se queda fuera el Partido Popular, tildándolos de antidemocráticos, cuando precisamente las actuaciones de este partido son de todo, menos democráticas… Es lo que tienen las mayorÃas absolutas.
Como ciudadana votante de alguno de esos partidos “extremistas” no puedo más que sorprenderme por lo que se ha podido escuchar durante estos dÃas.
He llegado a oÃr que si se iban a comenzar a quemar iglesias y violar monjas… Lo que me darÃa risa si no fuera por lo triste que me parece que en pleno siglo XXI tengamos esa falta de cultura polÃtica y todavÃa estemos dándole vueltas a ciertas cosas, que dicho sea de paso, de haber tenido una transición diferente a la que tuvimos, se hubieran podido restañar esas heridas que continúan estando latentes.
Los que elegimos votar a la izquierda, en cualquiera de sus tonalidades, querÃamos (necesitamos) un cambio.
Un cambio hacia la transparencia.
Un cambio para evitar la corrupción.
Un cambio por y para la ciudadanÃa, con polÃticas más cercanas, más humanas, más participativas…
Y esperamos que, a pesar de esos pactos que han de darse, a pesar de todas las dificultades, los partidos de izquierda sean capaces de llegar a acuerdos pensando en los ciudadanos y ciudadanas que ha apostado por ellos, sin más. Sin puñaladas traperas, sin protagonismos, sin medallas, sin etiquetas…No lo entenderÃamos de otra manera.
La ciudadanÃa se lo merece.
Muy buen artÃculo el de esta semana, mi querida MarÃa José. Como tú, entiendo que hay otra forma de hacer polÃtica. Una polÃtica vocacional es posible, si se eliminan tentaciones, como por ejemplo los exorbitados sueldos, que los casos de corrupción no prescriban nunca, que no se atienda a infraestructuras mientras que el Estado de Bienestar esté en crisis, que sea un cuerpo especial del ejército quien realice las escoltas en vez de empresas privadas… y una serie de medidas que, cogiendo un poquito de aquà y otro poquito de allÃ, las cosas sigan estando bien y se llegue a todos sitios. Se puede, sà se puede, y todos debemos implicarnos. Señores y señoras polÃticos, les estamos vigilando.