40 años… y los que nos quedan
La Asociación de Vecinos de Benimámet, que en estos momentos presido, cumple este año su 40 aniversario y, por supuesto, lo vamos a celebrar como se merece tan redonda fecha… En breve, inauguraremos una exposición en la que, gracias a un artista de nuestro barrio, podremos ver el Benimámet de mitad del siglo pasado en miniatura, además de poder contemplar la historia de esta asociación de vecinos desde sus comienzos, a través de documentación gráfica.
Y es que en esos 40 años hay mucho que contar. Se han producido muchos y grandes cambios políticos, sociales, culturales y urbanísticos desde que el movimiento vecinal se puso en marcha con las primeras Asociaciones de Cabezas de Familia en la dictadura franquista.
Los primeros pasos fueron de contestación social y política, y las asociaciones de vecinos, con su estructura asamblearia, fueron verdaderas “escuelas de democracia” donde los ciudadanos y ciudadanas pudieron aprender el sentido de la participación democrática. Después tuvieron que trabajar para darles a los barrios unas mejores condiciones de habitabilidad y con las infraestructuras necesarias, tanto en el terreno educativo como sanitario, que dieran cobertura a los ciudadanos que en ellos vivían. Con la llegada de la democracia hubo que adaptarse a la nueva situación política, y en los años 80, las asociaciones de vecinos vieron sus fuerzas debilitadas, pues en muchos casos, sus dirigentes acabaron formando parte de las instituciones democráticas, aunque esto no acabó con ellas, sino que las hizo reinventarse y explorar nuevas formas de participación en los barrios. En la década de los 90 con la incorporación de la población inmigrante, sobre todo en los barrios más desfavorecidos y con el incremento de la exclusión social en jóvenes y mujeres, las asociaciones vecinales encontraron nuevos cauces de actuación, aunque sin perder su espíritu reivindicativo.
En Benimámet, como en otros muchos barrios, también se instauró una de estas asociaciones de Cabezas de Familia que fue el inicio la actual Asociación de Vecinos y me emociona escuchar a las personas que tuvieron el coraje de estar en primera línea en esos tiempos tan difíciles, en los que la mínima sospecha de que la ciudadanía se estuviera organizando para defender sus derechos, era inmediatamente reprimido por las fuerzas del Estado. Estos compañeros y compañeras han estado peleando para conseguir un barrio con unas mínimas condiciones. Tuvieron que trabajar muy duro para que se pusieran en funcionamiento las “Escuelas Nacionales” en el año 75, o para que el barrio tuviera alguna zona verde, o para que se asfaltara convenientemente, o para que se instalaran unas barreras en el paso a nivel…Y siguió la lucha para tener un centro de salud… y un polideportivo… y que se soterraran las vías del metro… Trabajo y más trabajo de unas personas que dieron muchas horas de sus vidas por el colectivo, por su barrio, por sus convecinos. Trabajo que siempre se ve recompensado por la satisfacción de los logros, aunque sean pequeños. Por la satisfacción de pensar en la herencia que dejas a las generaciones que te siguen…
…Y en esas seguimos, pues a pesar de esos 40 años, hay cosas por las que parece que no ha pasado el tiempo… El Ayuntamiento sigue haciendo oídos sordos a las reclamaciones vecinales y eso de la participación ciudadana no lo acaba de entender… Seguimos exigiendo que los accesos a los colegios sean más seguros, seguimos exigiendo que nuestro barrio esté en mejores condiciones en cuanto a limpieza y ajardinamientos, seguimos pidiendo que se ejecute la tercera fase del soterramiento de las vías y que se tengan en cuenta nuestras propuestas… Seguimos necesitando un centro juvenil y un centro de día para mayores y un trabajador social en el barrio que se ocupe de las personas que no pueden desplazarse… Seguimos reclamando un local en el que las organizaciones sociales puedan desarrollar sus proyectos… Y seguimos reinventándonos…
…Y seguimos… Y seguiremos.