Soporte Vital Avanzado de Enfermería: por y para las personas
Recientemente diferentes medios de comunicación de la Comunidad Valenciana se hacían eco de una noticia donde algunos colectivos médicos mostraban su rechazo y malestar por la implantación del Soporte Vital Avanzado de Enfermería, quizá por un falso instinto de protección o por un mal entendido corporativismo, al ver en este nuevo recurso para la sociedad una amenaza a su “statu quo”.
En sendos comunicados primaban el desconocimiento de la Ley y un anhelo por devolver a la enfermeras y enfermeros a la categoría de meros ayudantes del médico, pero para ir centrando el tema que nos ocupa pondré un par de citas textuales de ambos comunicados: “Una temeridad que atenta contra la integridad del paciente y el ordenamiento jurídico”; u otro más llamativo si cabe “... ni manejar el complejo aparataje de la ambulancia, ni aplicar tratamientos médicos”.
Evidentemente son declaraciones que se descalifican por sí solas, porque a estas alturas la inmensa mayoría de la ciudadanía española sabe de la valía y profesionalidad de sus enfermeras y enfermeros Tanto es así, que desde otros países de nuestro entorno acuden a las diferentes facultades de Enfermería año tras año para reclutar tan valiosos profesionales.
Pero hoy me quiero centrar en esa minoría que desconoce lo que es el trabajo diario de una enfermera y en el daño que causan este tipo de declaraciones por cuanto contribuyen a desprestigiar mi profesión y la de miles de compañeras que desde un hospital, un centro de salud, una ambulancia o un helicóptero dan todo lo que tienen y lo que no por sus pacientes y por sus familiares y seres queridos.
La enfermera es la profesional sanitaria que te acompaña en el nacimiento a través de las matronas, enfermeras especialistas, en el desarrollo a través del programa del niño sano, en la pubertad con programas educativos en los diferentes ámbitos docentes, y es también la profesional que está contigo o con tu familiar al final de la vida con los cuidados paliativos.
Es decir, la enfermera no es una extraña del sistema sanitario ni de los cuidados del ser humano, está donde hay dolor o se precisa de cuidados, donde se produce una urgencia o emergencia. Cuando acudes a un servicio de urgencias de, por ejemplo, el Hospital General Universitario de Alicante, San Juan o Gandía, es una enfermera la que realiza el triaje de los pacientes, interpretando aparatos médicos y derivando a las personas a la mejor de las atenciones posibles.
Cuando tienes algún accidente extrahospitalario en la Comunidad Valenciana y acude una ambulancia de tipo SAMU, también encuentras una enfermera o enfermero, junto a un técnico en emergencias sanitarias y un médico; es decir, la Enfermería la encuentras allá donde se necesita.
Que hoy en día contemos con Soporte Vital Avanzado no es por nosotros, es por y para las personas; el gran beneficiado es el sistemas sanitario valenciano que cuenta con un recurso más, que viene a complementar los ya existentes y que lleva más de veinte años funcionando con regularidad en distintas partes del territorio nacional.
Que hoy sea una realidad es gracias al RD 836/2012 de 25 de mayo que contempla la figura del SVA integrado por dos técnicos y una enfermera, y que en la Comunidad Valenciana no se había desarrollado.
Que hoy contemos con estas nuevas ambulancias es gracias al empuje de las enfermeras del SAMU, que han sabido con su quehacer diario y profesionalidad, ganarse el respeto y admiración de otros profesionales, pero sobretodo de los ciudadanos.
Que hoy contemos con el SVA es gracias a enfermeros y enfermeras como Josep, Rosa, Yolanda, Martina, Adela... disculpadme por los que me dejo por el camino, que son los que apostaron por este proyecto y realizaron un estudio piloto en 2017 de varios años y que han peleado para la implantación de esta nueva realidad, demostrando que cuando la Enfermería quiere, la Enfermería puede.
Desde este rincón de pensar que es para mí escribir, todo mi respeto, apoyo y admiración por los que hacen que la Enfermería avance, crezca y ocupe el lugar que se merece, siempre junto a los que sufren o sus familiares.
Que lo tengan claro, no es para nosotros sino para las personas.