Puig se cubre de gloria
En enero de 2020, la borrasca Gloria asoló la Comunidad Valenciana dejando a su paso cuantiosas pérdidas económicas por los graves daños y desperfectos que causó. Canet Lo Roig fue uno de los muchos municipios afectados; las lluvias torrenciales destrozaron la mayoría de los caminos de la localidad, convirtiéndolos en intrasitables.
El 27 de enero de 2020, en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana, la Conselleria de Justicia, Interior y Administración Pública publicó el acuerdo del Consell, de fecha 24 de enero de ese mismo año, anunciando el inicio de actuaciones para paliar los daños producidos por la borrasca en la Comunidad.
Los servicios técnicos municipales de Canet trabajaron con diligencia en las gestiones requeridas con el fin de poder acogerse a las subvenciones que se comprometió a conceder el ejecutivo que dirige Ximo Puig, tal y como publicitó oficialmente.
La ayuda solicitada por el consistorio, tras realizar la valoración de los daños, ascendía a más de 60.000 euros.
Desde el anuncio del Consell y la inmediata presentación de la documentación pertinente por parte del Ayuntamiento de Canet Lo Roig ha pasado más de año y medio y, a día de hoy, las ayudas todavía no se han resuelto. El desdén y el desamparo que la administración autonómica, con el presidente Ximo Puig a la cabeza, mantiene con los pequeños municipios es, pues, patente y manifiesto. Abandonados a su suerte y sin el apoyo de un gobierno que, si cumpliera con sus competencias, debería velar por el bienestar de todos los valencianos, el agravio comparativo que sufren estos pueblos, entre los que se incluye Canet, clama al cielo.
Pero la gravedad de la situación va más allá del evidente y continuo menosprecio del gobierno del Botànic hacía los vecinos y vecinas de los pequeños pueblos, que se hace más perceptible si cabe con los habitantes de pueblos de interior. Los consistorios de estos municipios se han visto obligados a asumir, con sus más que limitados recursos y precarias economías municipales, los elevados dispendios que acarreó acometer las actuaciones necesarias para reparar los daños ocasionados por la borrasca Gloria.
En Canet Lo Roig seguimos sin recibir un euro de las prometidas ayudas, anunciadas a bombo y platillo, quizá porque, a la vista de los hechos, los que están en el Palacio de la Generalitat nos consideran valencianos de segunda (o de tercera). Al parecer, aquellas lluvias torrenciales de la fatídica borrasca dejaron en papel mojado las promesas del gobierno de Ximo Puig y el presidente, una vez más y nunca mejor dicho, se ha cubierto de Gloria con su pésima gestión y su falta de compromiso con todos los valencianos.