Dejas un campo más unido
Últimamente aludimos mucho al espíritu de la Transición para poner de manifiesto la creciente crispación y dificultad que exhiben los partidos políticos o las entidades sociales para alcanzar acuerdos beneficiosos para el conjunto de la sociedad. En un escenario más delicado que el actual, personas con puntos de vista en principio irreconciliables dieron una lección de diálogo y generosidad para construir una España democrática. En el sector agrario ese espíritu también tendió puentes hasta el punto de unir el asociacionismo en torno a unas pocas asociaciones con una fuerte representatividad y una potente voz reivindicativa.
Si AVA y ASAJA se han convertido en las organizaciones agrarias de referencia dentro de la Comunitat Valenciana y de España, respectivamente, es por el compromiso, la lealtad y la lucidez prestada por agricultores como José Vicente Aguado Tronchoni, fallecido este martes por el maldito Covid-19. Mientras unos solo ven su ombligo y anteponen siempre sus intereses personales al bien común, otros como José Vicente han sabido mirar más allá para dejarnos un campo más unido.
La suya fue una vida volcada al servicio de los agricultores desde los primeros años de su juventud, cuando no dudó en compaginar el duro trabajo agrícola con cargos de máxima responsabilidad en la Hermandad de Agricultores de su Picassent natal y en la Cámara Provincial Sindical Agraria de Valencia. Un ejemplo de lo que estaría por venir fue la gestión que protagonizó a la hora de modernizar los caminos rurales de la zona, una medida pionera que llamó la atención del mismísimo Gobierno.
Con la aparición de las primeras organizaciones agrarias, José Vicente fue una de las 17 personas que firmaron el acta fundacional de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA en sus siglas iniciales) en 1977. Cuando años después presidía otra entidad, Jóvenes Agricultores, demostró de qué pasta estaba hecho al renunciar a su sillón e impulsar la unión entre ambas asociaciones valencianas. Hasta la actualidad continuó remando hacia el desarrollo y la consolidación de la organización, bien como miembro de la Junta Directiva bien como presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores Mayores (AVAM). Hasta el último día.
A nivel nacional su figura también sobresalió mediante la aportación desinteresada en aras de auspiciar la constitución de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) en 1989, un proceso nada sencillo ya que requirió la fusión del CNAG, CNJA y UFADE. Durante años representó a Jóvenes Agricultores y a ASAJA en los foros comunitarios, tanto en el COPA-COGECA como en el Comité Consultivo de Frutas y Hortalizas. En reconocimiento a su dilatada trayectoria recibió en 1974 la Cruz de Caballero al Mérito Agrícola y en 2012, coincidiendo con el 35 aniversario de AVA-ASAJA, la Distinción Extraordinaria. Sin embargo, el mayor homenaje que todo el sector puede rendirle es recordar, agradecer y seguir su ejemplar dedicación en defensa de los agricultores y ganaderos.