Merecemos un Goya
Hermanos: allá por principios de los años 80, en plena Movida Madrileña, Almodóvar y Mcnamara cantaban una canción que se llamaba Gran Ganga y en la que anunciaban que ellos eran “de Teherán”. En esta canción el cantante y el director de cine manchego ya hacían una premonición de los que a finales de la segunda década del Siglo XXI íbamos a ver en España: El lejano Irán influyendo en la política española de forma seria.
Primero el régimen de los clérigos ayatolas financiando a PODEMOS. Traducido al español: curas moros metiendo dinero y pagando a jóvenes comunistas para que montaran una bien gorda en la política española bipartidista. Y, por otro lado, la oposición iraní socialista en el exilio, pagando a VOX sus campañas electorales. Más traducción al cristiano: los rojos iraníes metiendo dinero para promocionar a los fachas españoles.
Almodóvar tiene el guion de una comedia, de las que hacía antes, que le podría suponer unos cuantos Goyas y hasta un Oscar a la mejor película de influencia extranjera. Españoles (y españolas) al borde de un ataque de nervios, podría ser el título.
Y, es que, en Andalucía casi han conseguido el 30% de los votos financiados por capital iraní. Un tercio de la población andaluza ha votado en clave iraní sin saberlo. Por lo tanto, igual estamos ante la recuperación de Al-Andalus por los chiítas persas a través de las instituciones. Consiguiendo sutilmente la Junta de Andalucía y los ayuntamientos del sur de España (menos Gibraltar, que ahí no se meten) para el Califato. Menudo guion para cuando Almodóvar era divertido. Salam Aleikum