El bipartidismo de siempre
Hermanos: ¡Cuantas vueltas da el mundo para volver al mismo sitio! Dentro de nada celebraremos el décimo aniversario del 15-M. La fecha en la que los españoles rompieron el bipartidismo en añicos y del cual surgió una amalgama de partidos nuevos que pusieron en un brete de sorpasos a los partidos tradicionales.
Transcurrida esta década hemos visto que el bipartidismo se sustituyó por el “bibloquismo”, es decir, dos bloques: uno de derechas y otro de izquierdas. Lo de la geometría variable solo jugaba en algunos ayuntamientos, pero poca cosa.
Pasada la última semana el horizonte parece más clarificador. Por la izquierda, el Partido Comunista ha finalizado su operación de imagen y ha pasado de Izquierda Unida a Unidas Podemos. Casi hemos vuelto a 10 años atrás, con otro nombre, otras caras, pero más PC que nunca.
El centro derecha de Ciudadanos, previa UPyD, parece ser que se disuelve y vuelve a los orígenes: unos al PP en cargos de responsabilidad convenientemente remunerados, otros a partidos de izquierda moderada y otros a su casa decepcionados.
La única duda es si el PP, único partido con estructura nacional junto con el PSOE, será capaz de aguantar el envite de la ultraderecha o se transformará o fusionará de nuevo con esta, volviendo a sus orígenes de casa común del postfranquismo, el liberalismo y la democracia cristiana. Lo de “Socialismo o Libertad” de Ayuso nos da muchas pistas.
Todo está en que los votantes se crean la operación de echarle la culpa de todo al edificio de Génova 13.
Parece ser que vamos de cabeza a un parlamento muy parecido al de hace una década, pero con los ultras desmelenados.