El PSOE procura excitar los ánimos, sin aportar soluciones
Buscar culpables en todas partes menos donde toca: en su partido y en su propia gestión, suele ser la estrategia del PSOE. En Vinaròs se grabó hace muchos años una película que tenía por título “Todos eran culpables” y parece que los socialistas se han adueñado del guión, declinando sus compromisos y olvidándose hasta de sus competencias que como gobernantes no tienen más remedio que asumir la responsabilidad.
El alcalde de la ciudad, el socialista Romeu, como su antecesor el independiente Balada, han llegado a afirmar que ellos se desentendían de la gestión del plan zonal de residuos, cuando deberían saber que los residuos urbanos es una competencia de los entes locales, eso sí, con la colaboración y el apoyo de La Generalitat. Bien es cierto que la competencia en materia de residuos se ejerce a través de los consorcios constituidos por los propios ayuntamientos y las diputaciones provinciales y con representación de la Consellería de Medi Ambient, pero la primera responsabilidad es del ayuntamiento. Así lo habrá entendido la Fiscalía que ha visto indicios de delito ambiental en la gestión que el Ayuntamiento de Vinaròs hace de un vertedero colmatado, cuya situación ha sido denunciada por el SEPRONA y asociaciones de vecinos de la localidad, solicitando la declaración como imputados de los tres últimos alcaldes de Vinaròs.
Habrá que determinar si ha sido por ineficacia o por desidia de sus gobernantes, pero lo cierto es que Vinaròs no ha solucionado el problema de su basura urbana. No ha adoptado ninguna medida temporal, como si han hecho otros municipios del entorno, mientras no se ponen en funcionamiento las instalaciones que se tienen planificadas en el término de Cervera y que no se han puesto en marcha con la rapidez que todos desearíamos. Es cierto que han surgido problemas que están retrasando las soluciones planificadas en el plan zonal, pero ni el alcalde actual de Vinaròs ni su antecesor pueden mirar hacia otro lado, esquivando el problema, exigiendo únicamente un esfuerzo a la Generalidad, olvidando que el responsable en la gestión de los residuos es el ayuntamiento y el consorcio del que Vinaròs forma parte y que deben esforzarse cada día más en asumir las competencias que tiene atribuidas.
Sin duda, es muy fácil agitar y manipular el malestar de los vecinos ante la presencia de instalaciones como un vertedero o una planta de tratamiento de residuos. A nadie nos gusta tener cerca la basura. Pero precisamente por ello, es muy delicado tratar de hacer de la gestión de residuos un campo de enfrentamiento político, como se está haciendo en la zona norte de nuestra Comunidad.
Las obras en la planta de Cervera ya han comenzado y el vertedero parece que ya cuenta con los informes técnicos que garantizan la aptitud geológica del terreno donde está proyectado, y dentro de muy poco tendrá la Declaración de Impacto Ambiental y la Autorización Ambiental Integrada.
Lo que no parece legítimo es excitar los ánimos y tratar de crear estados de opinión, como se pretende por parte de los responsables socialistas, con el objetivo no sólo de hacer intratable un sector como los residuos, donde es imprescindible mantener un clima de responsabilidad y de sensatez, sino tergiversar la realidad, manipulando incluso el grado de cumplimiento de los planes zonales que se encuentran en funcionamiento un 70%, y que habrá superado el 90% en el plazo de unos pocos meses.
Los socialistas continúan, erre que erre, en el hecho de que no se haya aprobado el Estatuto de la Entidad de Residuos, aunque sepan que ello no supone de ninguna manera que sus funciones no se hayan cumplido ni ha supuesto ningún obstáculo para el desarrollo de la política de residuos. Además, en la actual situación de crisis, cuando más necesaria es concentrar el gasto público en las políticas sociales y las políticas de recuperación económica y creación de empleo, no es precisamente prioritario constituir una nueva entidad pública, cuando sus funciones se están cumpliendo por los órganos existentes sin incrementar el gasto.
