¡Ha muerto Isabel reina de Inglaterra! ¿Nos van a devolver Gibraltar ahora?
Si hay un anacronismo de difícil comprensión en toda la geografía europea, es esa absurda e insultante presencia de un Peñón de Gibraltar en suelo español, pero de soberanía británica.
En estos tiempos que tantas contradicciones se han creado, desencadenando un conflicto armado virulento entre Rusia y Ucrania, a costa de la soberanía de una parte de este país, que reclaman tanto unos como otros.
Entre ellos, aún cabe la justificación de ser vecinos y por ende la posibilidad de haber pertenecido alternativamente a unos u otros una parte de la Península de Crimea o las zonas costeras del Mar Negro y del Mar de Azof.
En Gibraltar, nada que se asemeje.
Por una concesión de hace varios siglos de la hegemonía en el Peñón, imagino que para tener el control del tráfico marítimo entre el Mar Mediterráneo y el Atlántico y al mismo tiempo ejercer de juez y parte en el norte del África Occidental, en 1713 y en el Tratado de Utrecht, se hizo esa concesión, que no hubo manera de revertir a lo largo más de tres siglos.
Ni los vínculos familiares entre nuestros monarcas y los suyos, cuando España ha sido una Monarquía, ni la habilidad política de nuestros gobernantes y los suyos han sido capaces de dar salida a este único e intolerable caso de colonización secular, entre democracias europeas.
Se ha intentado por activa, por pasiva y por perifrástica, de todos los modos posibles, reconducir la situación sin encontrar nunca una forma pacífica e inteligente para cerrar el tema.
Desde el cierre de la frontera entre España y Gibraltar, creando serios problemas tanto a los comerciantes llanitos como a los trabajadores españoles que cada día cruzaban ese paso, para trabajar en el Peñón.
En esas idas y venidas, cierres y aperturas de fronteras y demás zarandajas llevamos más de trecientos años, sin haber tenido la suficiente cintura unos y otros para acabar con esta lamentable situación.
Espero que su Majestad Isabel II cuando sea recibida y escuchada por Dios, envíe al Espíritu Santo para ilumine y haga que se sienten conjuntamente, Carlos III de Inglaterra y Felipe VI de España, junto con sus Presidentes de Gobierno, para zanjar y solucionar de una vez por todas este anacronismo que no nos merecemos los españoles ni los mismos ingleses.
Aunque con el actual Presidente del Gobierno, tan ocupado en quemar fuel en su avión Presidencial y disfrutar de turismo internacional gratuito, sin solucionar ni uno sólo de los problemas que nos aquejan a los españoles en nuestro día a día, no creo que se haga nada de nada.
O al menos NADA POSITIVO.
El tema está planteado, pero no resuelto.
Ahí lo dejo.
Hasta la semana que viene amigos.
