Conociendo mejor la Cataluña actual, gracias a un Javier Cercas, criado allí
Desde muy joven y hasta llegar a los cuarenta años de mi vida, tuve un sentimiento de admiración y simpatía muy especial por Cataluña y los catalanes.
Les fui conociendo mejor a medida que me incorporé al mundo laboral e industrial y tuve contactos profesionales con excelentes empresarios, con los que colaboré durante años sobre todo del mundo de la iluminación.
Los hermanos Rovirosa (Pepe y Paco) y Ramón Padullés como creador y “alma mater” de LEDS C4, fueron excelentes amigos en las décadas de los años setenta a los noventa del siglo pasado y compañeros en muchas Misiones Comerciales tanto en Lejano Oriente, como en Oriente Medio e incluso en Sud América, donde introdujimos nuestras lámparas, plafones y artículos de iluminación en general con el vidrio de la factoría de Rovirosa y los hierros forjados de Forja Lacreu de mi amigo Ramón (antes de ser uno de los pioneros de la iluminación por LED en España).
Todos ellos con un sentido empresarial innato y una inteligencia natural y visión de futuro excelente, que poco o nada tenía que ver con el nacionalismo e independentismo actual, que ha politizado y expulsado de Cataluña a lo mejor de su empresariado, que se ha acabado estableciendo en otras regiones españoles, menos enloquecidas y mejor administradas que la Cataluña corrupta e “independentista de oportunidad” que creó y alimentó un Jordí Pujol enloquecido, cuando ya no pudo seguir robando a todos los españoles como lo hizo durante muchos años.
CiU fue el origen de todos los problemas que han hundido a Cataluña económicamente y socialmente, para convertirla en un nido de conflictos, empeñándose en la destrucción de España.
Y aunque yo lo he tenido siempre muy claro y así lo he escrito y analizado en mis columnas desde hace más de veinte años, me he sentido muy reconfortado al leer TERRA ALTA e INDEPENDENCIA, los dos libros de un extremeño de nacimiento y catalán de adopción (sus padres se fueron a vivir a Cataluña durante su infancia) que con un acierto indudable nos describe la enorme calidad humana de la mayoría del pueblo catalán.
Ese mismo pueblo, cuya juventud ha sido catequizada, abducida y manipulada por el poder político y económico desde hace más de medio siglo.
A través de esos dos libros, uno puede comprender más fácilmente la manipulación que desde el poder político y económico se ha estado llevando a cabo en Cataluña.
El cáncer que corroyó los cimientos más sólidos de una sociedad laboriosa, creativa y responsable dentro del concierto español y que fue santo y seña del desarrollo económico e industrial del “milagro económico español”, fue ese viejo decrépito y totalmente vencido y entregado que es hoy Jordi Pujol y toda su cohorte de vividores, cínicos y mentirosos como Arturo Más y sus secuaces.
Pasaron todos ellos de robar a España y al pueblo catalán a gritar a todo pulmón el sonsonete de “España nos roba” en función única y exclusiva de sus intereses personales.
Y una sociedad laboriosa y productiva dejó de pensar en trabajar y mejorar sus condiciones de vida, para pasar a vegetar, a manifestarse todos los días en cualquier rincón catalán, incitando el odio a la misma España de antes, cuyo único pecado era no permitirle al viejo ladrón y a sus compañeros de aventura seguir robando.
Cuando aquellos vientos, trajeron estas tempestades, una Izquierda Republicana de Cataluña que nunca había superado un 10 % de los votos en Cataluña, se percató que defendiendo lo mismo que había defendido siempre su peso específico en Cataluña, se había duplicado y más al recibir los votos de los decepcionados de Pujol y de la noche a la mañana lo que siempre había sido una evidente minoría en Cataluña (el independentismo) se vio capaz de darle la vuelta a la tortilla.
La lectura de los dos libros de Javier Cercás, me han hecho comprender, que el “visionario” no era yo, que no vivo en Cataluña y analizo el problema en la distancia, sino que “los visionarios”, son esos millones de catalanes que no se dan cuenta que sólo son marionetas del poder político y mediático, que en Cataluña siempre ha estado en manos del poder económico y lo sigue estando.
Y que el independentismo, es la droga que le da al pueblo catalán (sobre todo al llegado desde Andalucía y Extremadura), para que se hagan perdonar el hecho de no ser catalanes con un pasado familiar de arraigo ancestral en Cataluña.
Rufián, como antes Montilla y otros muchos, son el claro ejemplo de lo que expongo.
Javier Cercás el ejemplo contrario.
El extremeño de nacimiento y catalán de adopción que es consciente del problema actual de Cataluña y por eso lo denuncia con una clarividencia total.
Mi respeto y admiración por él.
Hasta la semana que viene amigos.