Pantomima política en San Juan de Moró

En primer lugar felicito a toda la población de San Juan de Moró por querer realizar una novillada sin caballos en la modalidad de clases prácticas para completar su semana taurina, además les doy un sobresaliente por su excelente comportamiento, porque la plaza estaba a tope de gente, y porque se volcaron con los jóvenes novilleros en un gran ambiente de fiesta y alegría, con una excelente organización y ganas de hacer las cosas bien, otra cosa es que por motivos legales la Generalidad valenciana impidiera realizar un espectáculo íntegro, completo y serio como ellos hubieran deseado. Por ello todo lo que critico en este artículo no tiene nada que ver con Moró y su gente, que como digo son fabulosos.

Al margen de la actuación de los novilleros, que estuvieron muy bien, lo vivido ayer en San Juan de Moró fue, en mi modesta opinión, un auténtico atentado político a nuestra Fiesta Nacional. Constituyó una pantomima de lo que debe ser un festejo taurino de lidia ordinaria, incluida la modalidad de clases prácticas en un lugar público.

Fue una auténtica charlotada en la que obligaron a participar a los chavales de la Escuela Taurina de Castellón, que estuvieron muy dignos, y que no tienen ninguna culpa de la existencia de una ley caduca y estúpida que por coherencia nunca se ha aplicado que existe solo en la Comunidad Valenciana y que con la nueva Directora de Interior, que me da que no tiene ni idea de toros, quiere ahora aplicar. Solo sé que en campaña electoral, los políticos que ahora dirigen nuestra comunidad pregonaban que querían proteger los toros, y con sus leyes lo que están haciendo es acabar de cargarse nuestra Fiesta más popular que existe.

Los tentaderos se deben hacer en las ganaderías bajo la dirección del propio ganadero, para que éste seleccione sus hembras para madres de su encaste.

Lo de ayer en San Juan de Moró fue un híbrido entre novillada sin picadores, tentadero y charlotada, todo bajo la supervisión de unos políticos que están haciendo un flaco favor a la Fiesta Nacional.

Parece ser que todo se debe a la Ley de Espectáculos Taurinos de la Comunidad Valenciana, donde no se pueden banderillear con arponcillo reglamentario, ni matar a las reses lidiadas en aquellas plazas construidas con cadafales, porque las consideran como festejos populares y no toros de plaza.

Una ley totalmente estúpida cuando se trata de unas clases prácticas de tauromaquia seria de lidia ordinaria, realizada por alumnos de escuelas taurinas legalmente federados, donde este tipo de espectáculo no tiene nada que ver con exhibición de vaquillas por las calles.

Siendo que la asignatura pendiente de la Escuela Taurina de Castellón es la de la suerte suprema, es decir, la de culminar la faena con la muerte del novillo, solo falta que ahora en las clases prácticas se les niegue la posibilidad de practicarla. Así nos va, que todos los matadores de toros de nuestra provincia sus fracasos les llegan por sus deficiencias a la hora de matar.

Entonces, si no matan los erales ¿por qué luego se les han concedido las orejas a los novilleros?. Seamos serios, dejémonos de pantomimas y si se da un espectáculo de lidia ordinaria ante el público, que sea completo y que la Escuela Taurina de Castellón no debe caer tan bajo ni entrar al trapo de los políticos, pues al fin y al cavo quien pierde con esto es la propia Fiesta de los toros.

Ahora comprendo la decisión tomada por Vicente Soler en negarse a participar en este experimento y apoyo su decisión.

Una vez hecha esta reflexión, decir que la actuación de los novilleros estuvo más que digna. Los chavales demostraron sus habilidades tauromáquicas y su arte ante un público deseoso de divertirse y a buena fe que lo consiguieron.

Había mucha expectación en San Juan de Moró por la novillada sin picadores. Su plaza de cadafales estaba a reventar. Además de los moroneros acudieron muchos aficionados de los pueblos vecinos, sobre todo de Alcora, con muchas ganas de ver a Sedano Vázquez, y no se fueron defraudados pues resultó el triunfador de la tarde.

El ganado de Pedro Jovani, como siempre en su línea, aunque en esta ocasión sus pupilos dieron un juego desigual. Contratar sus reses siempre es una garantía de éxito. Serán toros más o menos bravos, pero siempre con esa chispa que da el punto de emoción para estar atentos y disfrutar del toreo si el novillero realiza bien las suertes. Destacó el segundo eral por ambos pitones.

Varea toreó un bondadoso ejemplar regalándonos varias tandas de naturales. Le faltó un poco más de ambición y conexión con la grada, yendo la faena de más a menos, alargándola excesivamente obligado por el director de la escuela Juan Cordones, lo que propició que al final el novillo más que embestir topase, enfriándose el público. Paseó dos orejas ficticias sin haberlas pedido el respetable.

Excelente eral que le tocó a Iván Jiménez, iba de largo y por ambos pitones, y el gitanito que estuvo muy dispuesto y con ganas, tuvo momentos de pellizco, pero debe torear menos acelerado, con los pies más quietos y firmes y evitar dar continuamente el pasito atrás. Cual si de un tentadero se tratara, el director de la escuela mandó saltar a los que hacían de tapia. Esto es intolerable en un espectáculo en público y con diestros previamente anunciados en el cartel, pues le quitaron todo el protagonismo al novillero de turno que era Iván Jiménez. Esto es un desprecio y una falta de consideración para el chaval, que aún así paseó dos ficticias orejas ante el público de Moró.

La eclosión final llegó con el becerrista de Alcora. Sedano Vázquez salió muy decidido, muy en novillero, pero con temple, gallardía y con un don innato especial que Dios le ha dado para andar suelto por delante del toro. Recibió al añojo con excelentes verónicas rematadas con una media y una artística larga, saliendo despacio, en torero y con elegancia al finalizar la suerte. Enseguida se metió al público en el bolsillo. Tiene un carisma especial que quien le enseña debe cuidar. Comenzó su faena por estatuarios percatándose enseguida que el becerro no tenía ni un solo pase por el pitón derecho. Aun así lo intentó en varias ocasiones recibiendo varios revolcones. Por lo que tomó la muleta con la zurda ofreciéndonos excelentes naturales. El novillo enseguida se le rajó, pero Jonathan no desistió y aun encerrado en tablas dominó la situación. Lo mejor de la tarde fueron varios pases muy desmayados que enloquecieron al público, terminando su faena con emocionantes bernardinas, de frente y con riesgo, que cortaban la respiración. Salió a hombros con dos orejas y rabo ficticios ya que no mató, y con el clamor popular de la esperanza de que Alcora tenga su torero.

Me gustaría hacer una reflexión. Con el éxito de tantas orejas ficticias, tanto los novilleros, como los responsables de la Escuela taurina de Castellón, como los políticos asistentes, como el público en general, se fueron todos muy contentos a casa sin pensar que lo más importante no lo hicieron. Lo fundamental es matar al animal y si no lo hicieron no se les debe de premiar con ningún apéndice del novillo. Así no funcionan las cosas y lo único que se consigue es generar falsas expectativas de unos novilleros que cuando salgan fuera de la Comunidad Valenciana se estrellarán irremediablemente con la espada.

Por lo visto se han inventado un espectáculo nuevo depauperado muy afín de los falsos ecologistas y antitaurinos. Los toros son respeto, sacrificio y arte y se deben cumplir los tres tercios.

Confío que tanto el Ayuntamiento de Alcora como su Club Taurino, apoyados por el diputado de asuntos taurinos de la provincia de Castellón, José Pons, excelente taurino, luchen en el tiempo que les queda para que en Alcora no se repita este experimento, aunque solo sea por respeto a la antigüedad de la organización tanto del Festival, como de las novilladas sin picadores con traje de luces y que los chavales disputan el trofeo Manolo Madrid. Repetir lo de Moró sería dar un paso atrás a un espectáculo ya consolidado que marca el colofón de las Fiestas del Cristo alcorino.

No permitan que una novillada tan arraigada caiga en un híbrido entre tentadero chabacano y pantomima de lo que debe ser un espectáculo taurino serio. Sería una auténtica pena.