La justicia declara nula la retirada de la Cruz del Ribalta de Castellón
El juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Castellón ha declarado nula la retirada de la Cruz del Ribalta de Castellón con una sentencia contra el decreto del Ayuntamiento del anterior equipo de gobierno
El portavoz del actual gobierno de PP y Vox, Vicent Sales, ha afirmado que “siempre dijimos que aquella no era más que una decisión completamente arbitraria y que no se podía amparar bajo ningún fundamento jurídico”.
“De hecho, el propio informe del director general decía que no se podía amparar en la Ley de Memoria Democrática, si no que simplemente, dentro de la autonomía local, el Ayuntamiento podía hacer lo que quisiera a la hora de organizar un jardín como era el del parque Ribalta”, ha argumentado tras la sentencia Sales, quien considera que “la Ley de Memoria Histórica solo fue una excusa arbitraria por parte del PSOE y Compromís para retirar una cruz sin ningún amparo legal”.
Y es que la sentencia no ve un delito contra la libertad religiosa, como alegaban los demandantes, pero sí considera que la actuación municipal se desarrolló con una "errónea interpretación" de la Ley de Memoria, según la cual, considera la sala, no tendría cabida la retirada del lábaro. Así, el problema no sería la retirada de la cruz, sino hacerlo al amparo de esta ley.
Por su parte, la presidenta de VOX Castellón, Llanos Massó, ha expresado que “la Cruz del Ribalta no tenía significación política alguna como todo el mundo sabe, y como lo sabía el Ayuntamiento y lo sabía perfectamente la concejal en aquel momento, Verónica Ruiz. La Cruz fue resignificada y, por tanto, su retirada fue simple y llenamente una decisión política claramente ideológica y sectaria”.
“Ahora veremos de qué forma se restituye este despropósito”, ha señalado la también presidenta de Les Corts tras esta sentencia a raíz de la denuncia de la asociación Abogados Cristianos y del propio Vox.
El debate sobre la Cruz
El Ayuntamiento de PSOE-Compromís-Podem insistió en que lo hacía en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, al constar este homenaje en el catálogo de vestigios de la dictadura franquista, ya que la Cruz de los Caídos de Castellón fue erigida en plena posguerra, instalada en este céntrico parque en el año 1947 para recordar a los caídos del bando franquista.
Sin embargo, los partidos de la derecha argumentaban que el conjunto de la Cruz de los Caídos fue resignificado y desprovisto de símbolos de la dictadura mediante un acuerdo plenario del ayuntamiento de 1979, ya en democracia.
No obstante, desde el consistorio la regidora Verónica Ruiz afirmaba que el monumento “aún provoca confrontación” ya que consideraba que se seguían produciendo exaltaciones del fascismo cada 20 de noviembre, efeméride de la muerte de Francisco Franco.
Sin embargo, la sentencia dirime esta cuestión señalando que "aunque la parte demandada alega que es un punto de encuentro o lugar de concentraciones para exaltar el franquismo en fechas concretas, ello no es motivo suficiente para vincular dicho símbolo como signo de exaltación de la Guerra Civil y la dictadura, ya que (...) habría que valorar la existencia de elemento objetivo de la cruz, como seria la inscripción de personas fallecidas o inscripción sobre la cruz, símbolos que en el presente caso no existen".
Actualmente, el lábaro descansa tras su traslado en la iglesia de Santo Tomás de Villanueva de Rafalafena y el espacio que ocupaba ha recuperado el jardín original de 1926.