LA UNIÓ señala que el aumento del precio del pienso y la merma de pastos por la sequía e incendios ponen en una situación límite a los ganaderos
Los fabricantes lo achacan al aumento del precio del cereal pero hay claros intereses especulativos
LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders indica que la fuerte subida del precio del pienso durante los últimos meses y la merma de los pastos ante la falta de lluvias o por los incendios ponen en peligro la viabilidad de muchas explotaciones ganaderas de la Comunitat Valenciana.
Las cotizaciones del pienso que compran los ganaderos no paran de subir y los fabricantes amenazan además con una nueva subida a partir de agosto. El precio del pienso se sitúa en estos momentos sobre los 300 euros la tonelada, cuando hace un año oscilaba alrededor de 250 euros. Esta tendencia al alza parece que seguirá en el transcurso de las próximas semanas.
El problema además es que la ausencia de lluvias en la Comunitat Valenciana ha provocado una preocupante escasez de pastos, lo que obliga a los ganaderos a incrementar considerablemente los costes de alimentación. Sirva como ejemplo que la falta de agua que se ha registrado entre los meses de diciembre a junio ha tenido un efecto negativo entre los ganaderos que se han visto obligados a comprar suplementos alimenticios para el ganado, lo que ha supuesto unas indemnizaciones por seguros en el conjunto del Estado por valor de 39,29 millones de euros, según datos de Agroseguro. Ello supone que la siniestralidad a primas se sitúe en este ejercicio en el 480,32%.
A los problemas de la sequía se unen los que tienen los ganaderos de las zonas afectadas por los incendios que no tienen donde pastar los animales y para los que LA UNIÓ ya ha pedido medidas al efecto.
También ha subido de forma considerable el precio de la paja que es una fuente de alimentación importante para los rumiantes. Ha subido en apenas tres meses 0,03 €/kg o la cebada también en la misma proporción en sólo dos meses.
Los fabricantes achacan las subidas del precio del pienso al hecho de que el precio del cereal se sitúe en cotas muy altas pero no se debe olvidar que la cosecha está muy mermada por los efectos de la sequía y por tanto la producción será muy inferior a una campaña normal.
Sirva como apunte de estos vaivenes especulativos el caso de la harina de soja que se emplea en nuestras explotaciones ganaderas como aporte básico de proteínas para los animales. España es deficitaria en el cultivo de la soja, por lo que debe importar grandes cantidades de este cultivo que proceden mayoritariamente de Argentina. El mero anuncio de posibles limitaciones a la importación de harina de soja con origen argentino debido a la nacionalización de YPF disparó su valor en las lonjas españolas de referencia hasta alcanzar cifras récord.
Ramón Mampel, secretario general de LA UNIÓ, dice que “los mercados de materias primas son muy vulnerables y los especuladores están siempre muy atentos para sacar beneficio, al final el que sale perdiendo en todo esto como siempre es el ganadero que no puede repercutir los aumentos de sus costes productivos en los precios de venta de sus animales”.