Una tragedia que nació en Turquía: así se formó la riada de la DANA
La Aemet ha contabilizado al menos once tornados en la jornada del 29 de octubre
Ya han pasado tres meses de la trágica riada que destrozó varias comarcas valencianas en la fatídica jornada del 29 de octubre.
Muchas preguntas surgieron de aquella debacle y una de ellas es cómo pudo formarse semejante tormenta descargando tales cantidades de agua en el interior que los barrancos siempre secos se convirtieron en pocos minutos en ríos con caudales que multiplicaban el del Ebro.
El río Magro y el barranco del Poyo fueron los dos principales protagonistas de la debacle, pero el río Turia también arrasó con todo en algunas zonas y decenas de barrancos y ramblas se convirtieron en un verdadero peligro.
Aire caliente y húmedo: combinación explosiva
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) desgrana algunas de las claves en su informe anual, donde explica que el pasado 29 de octubre fue el día de más precipitación acumulada en 24 horas desde enero de 2020, cuando la borrasca Gloria dejó precipitaciones generalizadas en todo el territorio, aunque en la DANA de Valencia las lluvias se concentraron de forma explosiva sobre zonas concretas de Valencia.
Una de las claves por las que se explica la violencia del temporal fue la advección de una masa de aire saturado de humedad y anormalmente cálido conducida por el viento.
Analizando las trayectorias de esta masa de aire hacia atrás en el pasado, la Aemet explica que esta había recorrido todo el Mediterráneo en los cuatro días previos, desde el mar Egeo hasta la costa valenciana.
Así, una masa de aire surgida en la costa turca que linda con Grecia acabó llegando a Valencia tras un avance por todo el mar Mediterráneo, deslizándose por zonas marítimas con anomalías de temperatura de hasta dos grados por encima de lo normal.
Así, fue recalentándose mientras recorría el caliente Mediterráneo y cargándose día tras día de humedad, una verdadera bomba que llegó a Valencia en un estrato profundo de la troposfera, desde superficie hasta los 9 kilómetros de altitud.
Una situación de DANA en la península
Esta masa de aire caliente y húmeda se encontró con una situación de DANA sobre la península, dos factores, que juntos, condujeron a la temida gota fría que arrasó varias comarcas Valencianas.
Y es que un sistema de bajas presiones (DANA) se descolgó de la circulación general, quedando embolsada en la peligrosa situación del Estrecho, con temperaturas de -22 grados a 5.500 metros de altura. Situada en esta posición, el giro de estos vientos afectó de lleno en su trazado a Valencia.
Así, a poca altura, un intenso chorro de viento conducía los sistemas nubosos hacia las montañas litorales y prelitorales de la provincia de Valencia, con ascensos forzados, produciéndose intensas convergencias de viento y de humedad que provocaron precipitaciones torrenciales en zonas de interior y prelitoral.
De este modo, mientras que en Turís se acumularon 771.8 l/m2 , en el aeropuerto, a 16 km de distancia en línea recta, se acumularon 14.4 y en València, a 23 km, 7.8.
Las tormentas más adversas del día se formaron poco después de las 14 horas. Fueron persistentes y tuvieron intensidad torrencial hasta las 20 horas, explican desde la Aemet, y afectaron a localidades de las comarcas de la Ribera Alta y la Hoya de Buñol. Durante ese periodo hubo varias supercélulas que causaron al menos once tornados en varios lugares, que afectaron a zonas de los términos municipales de Turís, Carlet, Catadau, Llombay, Alginet y Benifaió.
Un día que comenzó siendo duro y acabó en tragedia
Las previsiones de los modelos ya daban cuenta de lo que podía pasar con una gota fría de libro y desde primera hora de la mañana la Aemet alertó de la situación de "peligro extremo" que se vivía en la provincia ante la formación de estas violentas tormentas y comenzaron a verse los primeros problemas, con decenas de rescates de personas en La Ribera, la A7 inundada o las calles de Llombai convertidas en ríos.
Cada hora que pasaba más carreteras tenían que cerrarse y en las primeras hora de la tarde la A3 ya tuvo que cortarse en varios puntos por el desbordamiento de barrancos que la anegaban. Era en esos momentos cuando llegó el primer gran aviso de lo que estaba por venir: la inundación de Utiel al desbordarse el río Magro, que dejó seis fallecidos. Poco después fue el turno de Chiva al desbordarse el barranco que la cruza por el centro.
Por si fuera poco, a media tarde varios tornados se formaron por la zona de Carlet y Alginet, muy afectadas ya por las inundaciones del Magro, dejando más escenas de devastación y volcando los camiones en la AP7.
La parte más dura del día llegó al caer la noche, con el desbordamiento del barranco del Poyo en el área metropolitana de Valencia, donde la alta urbanización y densidad de población de la zona multiplicó los daños y las víctimas mortales, primero en la zona del polígono de Loriguilla y la A3, donde el cauce del Poyo se empieza a perder, y más tarde en los municipios de la cuenca que desemboca en la Albufera, desde Torrent a Picanya, pasando por Sedaví, Massanassa, Catarroja, Aldaia o Benetússer.
Puedes consultar en este mapa el nivel que alcanzó la riada en cada calle de l'Horta.
La gigantesca cantidad de agua que había caído en tan pocos minutos sobre Buñol y Turís bajó por todos los barrancos y afluentes del Poyo, llenándolo hasta multiplicar varias veces el caudal del Ebro y se llevó todo lo que encontró a su paso. En el Magro, mientras, se temía por una pantanada por el riesgo de derrumbe de la presa de Forata y, río abajo, en Algemesí se desbordaba sobre la ciudad antes de unirse a un Júcar también por encima de sus capacidades.