La Misa del Gallo en la parroquia Sagrado Corazón se ha vivido de forma especial al celebrarse los 50 años como parroquia y el año jubilar
Este año la Misa del Gallo en la Parroquia del Sagrado Corazón ha sido mucho más especial al celebrarse rodeada de la efeméride de los 50 Años como Parroquia y en el Año Jubilar concedido por el Papa.
El párroco Aurelio Ferrándiz ofició la misa del Nacimiento del Señor tradicionalmente conocida como Misa del Gallo. En la noche de Nochebuena muchos fieles de la parroquia acudieron a la misa del Nacimiento del Señor que se revistió de toda la solemnidad que requiere el momento. Tradicionalmente conocida como Misa del Gallo, tuvo lugar en la Parroquia del Sagrado Corazón a las 24:00 horas.
En un lateral del altar se puede ver donde se recrea la estampa del Nacimiento en Belén, con el Niño en el pesebre y a su lado María Y Jose. Todo el conjunto es obra de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo.
MISA DEL GALLO: UNA DE LAS TRADICIONES MÁS ANTIGUAS
El origen de esta tradición e historia está en el Siglo V, cuando el Papa Sixto III de Roma, instauró una misa a modo de vigilia nocturna en el día de celebración del nacimiento de Jesús. El centro es la oración “mox ut gallus cantaverit”, que en latín significa “al cantar el gallo”.
Se celebra en esa noche donde no solo se come, bebe y canta, también es un momento de culto. Es, sin duda, uno de los momentos más importantes para el mundo católico, coronado con la Misa del Gallo. Se trata de una tradición muy seguida en todos los países hispanohablantes y le respalda siglos de antigüedad, donde se recuerda el nacimiento del Niño Jesús.
Desde entonces, cada Navidad se realiza este culto, celebrando el nacimiento de Cristo con una misa, y cada Papa que ha pasado lo ha mantenido haciéndose en la Basílica de San Pedro.
En esta ocasión cuando la Parroquia del Sagrado Corazón está celebrando su 50 Aniversario por el nombramiento como parroquia y Año Jubilar concedido por el Papa, la celebración ha tenido un brillo especial, una luz, que en recuerdo de la que brillo en Belén, lleva a que se esté viviendo momentos llenos de alegría.
La ceremonia finalizó con la adoración al Niño Jesús por todos los presentes y el canto de villancicos entonados por el coro parroquial y los asistentes a la celebración.