Cardenal Carlos Amigo: “Torrevieja es un espejo donde se contempla resplandeciente y vivo el amor a Dios”
Solo con mucho esfuerzo, la Semana Santa de Torrevieja volverá a vivir nuevamente una noche de tanto contenido histórico y emotivo como la que tuvo lugar ayer con el Pregón de este 2015.
Ante un Teatro Municipal totalmente lleno, el momento más esperado se produjo cuando tomó la palabra el Cardenal Carlos Amigo Vallejo. En su glosa, cautivó al aforo, que llegó a interrumpirle en media docena de ocasiones con aplausos, declamando un trabajado texto que, jalonado de numerosas referencias a Torrevieja, se sustentó sobre la fe, la familia y la tradición cultural del pueblo. El Arzobispo Emérito de Sevilla, que se apoyó en varias ocasiones en la habanera de Ricardo Lafuente, dijo que “Torrevieja es un espejo donde, en Semana Santa, se contempla resplandeciente y vivo el amor de Dios”, a la vez que invitó a “mantener y guardar, como un bien muy preciado, todo cuanto se refiere a vuestras tradiciones, a vuestro modo de hacer y vuestra cultura, pues un pueblo que no cuida con esmero sus raíces, no puede esperar un espléndido futuro”. Fray Carlos Amigo también puso en valor el “caso verdaderamente único, en el que las voces de mando en la Cofradía de Nuestro Padre en la Oración del Huerto de los Olivos se dicten en inglés”.
El auditorio se puso en pie en un prolongadísimo aplauso, que culminó con la entrega de una reproducción de la bandera de la JMC por todo lo expresado.
Esther Onteniente, ‘Capirote de Oro’ 2015
Emotivo y simpático, a la vez, resultó el capítulo reservado a tributar el reconocimiento de la Semana Santa a la que durante los últimos 20 años ostenta la presidencia de la cofradía de la Santa Mujer Verónica. Esther Onteniente Mateo, hizo un alarde de ser ella misma, con su simpatía y espontaneidad habitual al recoger la alta distinción de la JMC, en una improvisada intervención cargada de anécdotas y repleta de complicidad, no solamente con el público, sino incluso con el propio Cardenal Amigo.
Una noche histórica e inolvidable
Antes de todo, el presidente de la JMC, Jesús Sánchez Seva, aperturó esta “asamblea pública y solemne”. En sus palabras agradeció los desvelos de los miembros que conforman su Comisión Ejecutiva y agradeció y felicitó tanto al Cardenal Amigo Vallejo, como a Esther Onteniente. Jesús Sánchez subrayó el importante momento que vive la Semana Santa de Torrevieja que ultima su nueva configuración estatutaria para adaptarse a las normas diocesanas, con las que se concederá autonomía de gestión a las catorce cofradías actuales. Por su parte, el consiliario de la Junta, Manuel Martínez, invitó a los presentes a que las imágenes procesionales partan desde el Misterio Pascual, es decir, desde la propia liturgia del Triduo Santo, mientras que el alcalde, Eduardo Dolón, destacó emocionado la alta dimensión humana de Fray Carlos Amigo y su extraordinario pregón, a la vez que se sumó a las felicitaciones para Esther Onteniente.
La JMC configuró nuevamente una sobria y solemne puesta en escena en la que destacaba en el centro del escenario el simbólico atril que se viene utilizando desde la primera edición de este acto, hace ya más de tres décadas, arropado por un tapiz con los escudos de la Junta Mayor y las catorce cofradías que la integran, además de la bandera de la entidad y una mesa en la que se ubicaba la presidencia del acto. También lució la escayola original de la que los Hermanos Rafael y Fulgencio Blanco López tallaron posteriormente la imagen del Cristo Yacente, situada bajo una cruz y sudario blancos. Este año, el acompañamiento musical, corrió a cargo de la banda de la Unión Musical Torrevejense, que bajo la dirección de Jaime Belda, interpretó obras de Ramón Torres, Francisco Grau y José Francisco Sánchez.
Eucaristía al más alto nivel litúrgico
Previo a este Ceremonial del Pregón, el Cardenal Carlos Amigo Vallejo presidió una Solemne Celebración Eucarística concelebrada por media docena de sacerdotes en la parroquia de la patrona de Torrevieja. A las puertas del Templo esperaban al prelado los miembros de la Junta Mayor y de las catorce cofradías, que recibieron su saludo uno a uno. Bajo el dintel, el párroco, Manuel Martínez, le dio a besar el Lignum Crucis y con el hisopo, se signó con agua bendita, asperjando a los presentes, para acceder por el pasillo central hasta los pies del Altar, donde oró por unos minutos ante el Sagrario y la imagen de La Purísima.
Fue el inicio de una Solemne Eucaristía, que estuvo cantada por el Orfeón Municipal Ricardo Lafuente, y en la que se encendieron, por primera vez desde su restauración, las tres lámparas centrales de la Parroquia y la iluminación completa del Templo. En su homilía, el Cardenal emocionó a los presentes al resaltar del dolor de la Virgen como madre.
Al Oficio Religioso acudieron las primeras autoridades locales, así como el Pleno de la Junta Mayor de Cofradías y numerosos fieles que llenaron también las bancadas de La Inmaculada.
