La tensión en les Corts obliga a paralizar la sesión de control tras los gritos cruzados
Las acusaciones cruzadas por la DANA han acabado en una bronca entre los partidos
La mañana del 19 de diciembre de 2024 ha estado marcada por una de las sesiones más tensas que se recuerdan en los últimos tiempos en las Corts Valencianes. En un clima de crispación política, los diputados de la oposición, encabezados por el síndic del PSPV, José Muñoz, y el de Compromís, Joan Baldoví, se enfrentaron al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, criticando de nuevo la gestión de la DANA.
Mazón ha insistido en que su convicción es la de seguir trabajando al frente del Consell en plena reconstrucción por la tragedia y ha acusado al PSOE de "utilizar el dolor de la riada para tapar su corrupción" en referencia al caso Koldo.
Baldoví ha vuelto a insistir en la dimisión de Mazón, al que todos los diputados de su grupo han seguido coreando 'dimisión' golpeando las mesas de sus escaños, a lo que la bancada popular ha respondido, momento en el que el conseller Rovira ha tenido su primer encontronazo con la oposición, cuando ha asegurado que "Pedro Sánchez salió por patas".
La sesión de control se ha calentado todavía más cuando el conseller de Educación, Rovira, ha hecho un gesto salir corriendo en referencia a la visita de Paiporta en la que Pedro Sánchez tuvo que salir escoltado ante el lanzamiento de objetos.
La tensión ha ido escalando con gritos entre Isaura Navarro y Rovira, Muñoz en pie y con la presidenta de Les Corts llamándolo al orden. Al tratar Mazón de retomar su turno de palabra, ha iniciado su intervención recordando que "yo me quedé en Paiporta con el Rey y otros no". Pero tensión no solo no se había aplacado sino que ha aumentado entre gritos y la presidenta Llanos Massó ha decidido dictar un receso para calmar los ánimos de la turbulenta sesión.
A tal punto ha llegado el incidente, que incluso los miembros de la mesa han comenzado a discutir entre ellos, como Alfredo Castelló y Gabriela Bravo, cuando Mazón trataba de hablar, sin éxito ante el barullo.
Diez minutos después el president ha podido retomar la palabra, ya con más silencio en la sala señalando que "los gritos no sirven para nada" y le ha reprochado a Baldoví que no quisiera reunirse con él para tratar la reconstrucción de Valencia, como sí hicieron el resto de portavoces de los partidos.