La gran fiesta ska de Bad Manners cierra el cuarto Iboga tras 80 horas de música y 30.000 asistentes
El Iboga Summer Festival, principal festival español especializado en música balkan y en el que también tienen cabida los ritmos gypsy, swing, ska y reggae, concluyó ayer su cuarta edición en la playa de Tavernes de la Valldigna. Alrededor de 30.000 ibogueros procedentes de toda España y también de otros lugares de Europa han pasado por el recinto de miércoles a domingo, donde han podido disfrutar de 80 horas de música ininterrumpida con las actuaciones de 24 bandas y DJ procedentes de 15 países en el escenario principal y de alrededor de 40 actuaciones y actividades paralelas en la carpa de circo utilizada como escenario secundario. El cartel estuvo encabezado ayer por la gran fiesta ska de los londinenses Bad Manners, después de que en días anteriores actuaran los neoyorkinos The Slackers, el marfileño Alpha Blondy, el australiano Dub FX, el yugoslavo Goran Bregovick y los bosnios Dubioza Kolektiv.
El festival ha cumplido las expectativas de asistencia al ganar un 36% de participantes respecto a los 22.000 que congregó el año pasado. “Estamos muy satisfechos de haber alcanzado este número de asistentes en solo cuatro ediciones”, aseguran Álvaro Garro y Ángel Crespo, codirectores del festival, para quienes la cifra “demuestra que existe un público interesado en músicas tradicionalmente asociadas a las minorías y que hasta hace poco no estaban presentes en los escenarios españoles”. “El Iboga se ha consolidado como único festival español de sus características gracias a un público entregado y fiel que lo ha convertido en la principal referencia española del circuito internacional de música balkan y gypsy”, afirman.
Los organizadores han destacado la colaboración con el Ayuntamiento de Tavernes, que por segundo año ha facilitado que el recinto reúna las condiciones necesarias para albergar el festival y garantizar el disfrute de los asistentes; con Som Energia, para suministrar electricidad 100% verde; y con la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, a la que se han donado abonos por valor de 6.000 euros y a través de la cual se ha facilitado la asistencia de personas refugiadas al festival en calidad de invitadas.
El programa de ayer en el escenario principal empezó con Gypsy Ska Orquesta, ganadora del concurso de bandas emergentes, en cuya fase previa participaron 42 candidatos. Para el grupo de origen venezolano es una gran noticia el haber ganado ya que da sentido a su apuesta de incluir España dentro de su gira europea. “Fue riesgo que tomamos y una inversión grande pero vimos que había una oportunidad de ganar”, explican.
Tras ellos, los belgas de OPMOC regresaron a las tablas del Iboga para animar el atardecer con su peculiar fusión de estilos y guiar al público en sus bailes, que acataba sus órdenes divertido. En un mismo tema fue posible escuchar una sirena y un jam block acompañando tanto ritmos ska punk como acordes de salsa. A continuación la cumbia chilena de Chico Trujillo llenó de color y folclore latino la fiesta iboguera. Por primera vez este género popular latinoamericano sonaba en el festival con un entusiasta recibimiento por parte del público. El siguiente grupo también era muy esperado. Con 20 años sobre los escenarios, los Kultur Shock aterrizaban en el Iboga con su contundente fusión de gypsy punk y balkan rock. La banda de Gino Srdjan Yevdjevich dio muestra de una gran entrega y energía. Justo después hicieron su aparición Bad Manners que, encabezados por el carismático Buster Bloodvessel, espolearon los pies del público iboguero haciéndole saltar y bailar con hits como Lip up fatty, Sally Brown, Lorraine e incluso versiones de Can’t take my eyes of you, Woolly Bully y Can-Can. Los británicos están de tour de 40 aniversario y había que celebrarlo por todo lo alto. Los griegos de Koza Mostra tomaron el relevo con un directo donde sonaron otros matices del balkan, aquel que surge en la península helénica y se funde con otros sonidos contemporáneos.
El cierre del Iboga corrió a cargo de los valencianos La Trocamba Matanusca y de los gallegos Chotokoeu. Ambos repetían tras pasar por el escenario principal el pasado año, pero estaban designados a poner el punto y final a esta cuarta edición al representar entre ambos la fusión de balkan, gypsy, swing y ska que caracteriza al festival, y ser dos de los grupos más aclamados por el público iboguero.