"Sufrimiento innecesario y humillación": prisión permanente revisable al asesino de una joven de 19 años en Carcaixent
David S.O. es condenado a prisión permanente revisable tras asesinar con extrema violencia a Wafaa
La Sección Primera de la Audiencia de Valencia ha condenado a una pena de prisión permanente revisable al acusado de asesinar a una joven de 19 años en Carcaixent tras agredirla sexualmente.
La sentencia, que aplica el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular el pasado 3 de diciembre y ha sido notificada este lunes a las partes, declara a David S.O. autor de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento subsiguiente a la comisión de un delito contra la libertad sexual.
Precisamente por el delito de agresión sexual, la magistrada que presidió este juicio impone además al condenado otra pena, consistente en ocho años de prisión, y libertad vigilada por tiempo de 10 años.
La resolución judicial, que puede ser recurrida en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia, reconoce una indemnización total de 480.000 euros para los padres y los dos hermanos de la fallecida por los daños causados por la muerte de su hija y hermana, respectivamente.
Los hechos probados según el veredicto del jurado se remontan al 17 de noviembre de 2019, cuando el acusado, que formaba parte del mismo grupo de amigos de la víctima, la recogió con su coche y la llevó hasta dos fincas de la familia de él, en una partida rural de Carcaixent, donde estuvieron consumiendo alcohol y drogas.
En un momento dado, David S.O. intentó mantener algún tipo de relación sexual con la chica y, ante la oposición de ésta, le quitó la ropa que llevaba y le rompió el sujetador.
A continuación, le disparó hasta en siete ocasiones con una pistola de balines, la apuñaló hasta en tres ocasiones, la maniató y la asfixió hasta causarle la muerte, sometiéndola en el proceso a una situación de “humillación” y a un “sufrimiento innecesario, lento y continuado”.
El cuerpo sin vida de la fallecida fue localizado el 17 de junio de 2021 en el interior de un pozo de otra finca de Carcaixent.
La sentencia, como determinó el jurado, establece que el condenado cometió todos estos hechos “como expresión de su superioridad y dominación sobre la mujer”, para experimentar “sensaciones de poder y control” sobre la chica “tratándola como un mero objeto”.
De hecho, con anterioridad al crimen ya le había realizado proposiciones sexuales que habían sido rechazadas por ella, rechazo ante el que él le había enviado mensajes despectivos “con desprecio hacia la identidad racial” de la víctima, que era de nacionalidad argelina.