Dos semanas de cábalas para una crisis del Consell
La salida del portavoz del PSOE en Les Corts fue el aleteo de la mariposa que transformó el Gobierno
Puig ha movido ficha en su particular partida de ajedrez, tomando la iniciativa para renovar al Consell de cara la “nueva etapa” que se abre en la Comunitat Valenciana, con profundos cambios económicos en el horizonte y en la recta final de la legislatura antes de las elecciones de 2023.
En palabras del jefe del Consell, se trata de "un punto de inflexión doble" tanto por el fin de la fase dura de la pandemia como por la llegada del maná de los fondos europeos, razones por las que Puig ha decidido “reiniciar” el Consell para coger con fuerzas esta nueva etapa.
Dos semanas ha durado este “proceso de reflexión”, en palabras del president, para decidir las nuevas caras que van a dirigir la política valenciana en el próximo año. Un proceso que se inició cuando se abrió la “ventana de oportunidad” surgida con la renuncia de Manolo Mata como portavoz socialista en el parlamento valenciano.
Y es que la salida de Mata se convirtió en el detonante del alud de cambios que se han producido finalmente en el Gobierno valenciano, el aleteo de la mariposa que ha provocado un terremoto en el Gobierno autonómico.
El nombre de Ana Barceló sonaba en todas las quinielas para representar al partido en sustitución de Mata, que dejó la portavocía para defender a Jaume Febrer, uno de los acusados por el caso Azud, una situación que suponía una verdadera patata caliente, al estar al mismo tiempo representando al PSPV en el hemiciclo y a un acusado por corrupción ante los juzgados.
Con este cambio de cargo para Barceló, además, se abría la posibilidad de aprovechar para hacer reformas en El Palau y hacer así todos los cambios que hacía tiempo que se tenían en mente en el Gobierno.
El primero de ellos vino por el lado valencianista, que se adelantó con el anuncio del propio conseller de Educación, Vicent Marzà, de dejar su cargo para centrarse en el partido, Compromís, de cara a las próximas elecciones autonómicas de 2023, por lo que podría convertirse en el próximo candidato a la presidencia de la Generalitat, con permiso de Oltra. Ocupará el puesto que deja en Educación su mano derecha, Raquel Tamarit.
El nombre de Barceló ya sonó en su día para la candidatura a la alcaldía de Alicante, y el partido quiere explotar su perfil tras la gestión de los dos años de pandemia. Así, con la portavocía parlamentaria se relanzaría la imagen de la aún consellera de Sanitat como peso fuerte de la política valenciana.
Su cartera finalmente ha recaído en un médico, Miguel Mínguez, con lo que se habría buscado un perfil técnico para apuntalar la sanidad valenciana tras la dura pandemia.
Los otros cambios se han confirmado este sábado, con la comparecencia del president Ximo Puig. El jefe del Consell eleva con estos cambios a Arcadi España a la trascendental conselleria de Hacienda. Hay que recordar que España, al frente hasta ahora de Obras Públicas, es economista de profesión, además de ser visto por muchos como el delfín del president.
Así, además, se deja vía libre para salir del gobierno a Vicent Soler, el histórico dirigente socialista que ya cuenta con 72 años, al tiempo que se asciende a Obras Públicas a Rebeca Torró, una de las fontaneras de la llegada de Volkswagen a Sagunt.
Por otra parte, sale del Consell Carolina Pascual, único perfil independiente del Consell, para dar paso a un perfil quizá más político, el de la senadora e investigadora Josefina Bueno. Eso sí, Innovación continuará en manos de una alicantina, con lo que persiste la idea del Consell de convertir Alicante en un polo en el sector de la innovación.