El sector apícola valenciano vive la peor crisis de su historia: "Estamos al borde de la desaparición"
El sector ha convocado una manifestación este jueves en Valencia para denunciar su situación
La sectorial apícola de ASAJA Alicante, junto con el resto de las organizaciones profesionales agrarias y entidades representantes del sector apícola en la Comunidad Valenciana, han convocado una concentración de protesta mañana jueves, 2 de febrero, ante las puertas de les Corts Valencianes (Plaça Sant Llorenç, 4 de València) para denunciar la gravísima e insostenible situación en la que se encuentran los apicultores y la actividad apícola de nuestro territorio.
Entre los motivos que se alegan, destacan la mortandad excesiva de abejas, bien por motivos sanitarios (varroa) o por los efectos de las altas temperaturas y la falta de lluvias de los últimos meses, ante lo que reclaman inversión e investigación y medidas que ayuden a paliar el escalofriante índice de muerte; el aumento de los costes de producción, especialmente el del gasóleo, insumo imprescindible para la apicultura trashumante valenciana, del que, inexplicablemente, el sector ha quedado excluido de las bonificaciones del gasóleo profesional aplicadas por el Gobierno; y que 2022 fue el año en el que más miel de terceros países se importó, provocando que el precio del producto quedase por los suelos y no encontrase salida comercial.
Cientos de apicultores llegados en autobuses y vehículos particulares desde todos los puntos de la Comunidad asistirán a esta concentración, que se producirá desde las 10,30 horas enfrente de las puertas del hemiciclo autonómico, donde denunciarán los problemas que les han llevado al borde de la quiebra, una actividad que hace menos de diez años tenía una cabaña apícola con el mayor número de colmenas de España, encabezando la producción nacional de las mejores mieles de azahar, romero, tomillo…
Tanto ASAJA Alicante como el resto de las organizaciones convocantes, pediremos al Consell la puesta en marcha de manera inmediata de medidas urgentes a través de ayudas directas; la publicación de un PDR al que se le asigne un presupuesto decente, que venga acompañado de unas obligaciones para el apicultor asumibles y similares al resto de comunidades autónomas; mayor cuantía en las ayudas en compensación por la guerra de Ucrania, dado que lo asignado a apicultura no llega siquiera para sufragar un kilogramo de alimento por colmena; la inclusión de la apicultura trashumante en la bonificación de gasóleo profesional agrícola; el control en las importaciones masivas de mieles de terceros países; así como que, de una vez por todas, se deje de publicar el acuerdo de la “Pinyolà”.
La radiografía oficial de la situación es escalofriante: en 2022 se registró una merma del 70% en la cosecha de miel de la Comunidad Valenciana; de 2010 al 2022 ha bajado en número de colmenas en la Comunidad Valenciana un 18%; actualmente, el 60% de las colmenas están en riesgo real de desaparecer; el año pasado fue el que más miel se importó de terceros países; y ya sabemos que las cifras que nos vienen del 2022 serán todavía peores.
“Pedimos al Consell que deje de gobernar a espaldas del sector y muestre un ápice de sensibilidad. Los apicultores nos sentimos maltratados por una Administración que mira hacia otro lado, como lleva haciendo 15 años, que nos miente, no se compromete y no concede ayudas válidas para mantener esta actividad tan importante para el medio ambiente, haciendo patente su incompetencia y desidia para solucionar este grave problema que está provocando que la mayoría se plantee abandonar la actividad”, denuncia Guillermo Rosell, Presidente de la Sectorial Apícola de ASAJA Alicante.