"Quieren abrir heridas donde no las hay”: Sant Joan de Moró condena las pintadas contra Vilafamés

El alcalde de Sant Joan de Moró, Vicente Pallarés, en nombre de todo el equipo de gobierno, ha condenado “enérgica y rotundamente” las pintadas que han aparecido en la ermita de Sant Miquel de Vilafamés, deteriorando el patrimonio de nuestro pueblo vecino, y ha lamentado que “haya quienes quieran abrir heridas donde no las hay”. “Quien o quienes hayan hecho esta acción ilícita para nada nos representa a los moroneros, el Ayuntamiento de Moró nos desmarcamos absolutamente de estos posicionamientos”, ha añadido.

Pallarés se ha pronunciado así tras ser conocedor del acto vandálico, en el que se puede ver grafiado en la pared el mensaje ‘Sant Miquel de Moró que de Vilafamés no será’ y ‘Putos cul rojos’, deteriorando y afeando uno de los bienes patrimoniales más queridos por el pueblo de Moró, “y lo que es peor, intentando enfrentar a dos pueblos que son vecinos y mantienen una excelente relación como hermanos”.

“No vamos a tolerar este tipo de situaciones. Animamos a las autoridades competentes a que investiguen los hechos y tratan de localizar al autor o autores, al tiempo que he contactado con la alcaldesa de Vilafamés, Ana Andrada, y con la portavoz de la oposición, la diputada Marisa Torlá, para trasladar nuestra condena a estos hechos vandálicos, absolutamente reprobables”, ha asegurado el primer edil. Asimismo, también ha trasladado el mismo sentir y condena a la Associació d’Amics de Sant Miquel.

Asimismo, el alcalde de Sant Joan de Moró ha anunciado que se ha ofrecido al municipio vecino a costear los trabajos de limpieza de la pared, “como muestra de buena vecindad y total colaboración entre los dos pueblos, que aunque hace 33 años decidieron seguir caminos en solitario y Moró decidiera constituirse como municipio con identidad y organización institucional propia, sienten y viven en armonía y en perfecta comunidad”, ha añadido el alcalde, Vicente Pallarés.

Hay que recordar que Moró apostó por la segregación, que consiguió en el año 1990, aunque la ermita de Sant Miquel, muy querida por los vecinos de ambos municipios, quedó del lado de los de Vilafamés, a los que se conoce con el mote popular de 'cul rojos' por el color vermellón de las tierras de la zona.

Precisamente, el alcalde de Moró, recuerda que en la fiesta de Sant Miquel, ambos pueblos participan unidos en la celebración, y que en este contexto, los quintos de ambas poblaciones reparten hogazas bendecidas para ambas partes de vecinos, sin problema alguno.

“Desde el Ayuntamiento, y en nombre de los vecinos de Moró, solo me queda pedir perdón al Ayuntamiento de Vilafamés, a la asociación Amics de Sant Miquel, y al conjunto de sus vecinos, y nos ponemos a su disposición para lo que puedan necesitar de nosotros”, ha concluido Vicente Pallarés.