Los salones de juego denuncian estar bajo "una persecución ideológica" por parte del Botànic
El sector considera que su negocio “no supone un problema de salud para los valencianos” y dan trabajo a más de 2.000 personas, sólo en la Comunidad Valenciana
El portavoz de la Unión de Trabajadores de los Salones de Juego (UTSAJU), Vicente Contreras, ha pedido hoy por carta al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y al portavoz parlamentario del PSPV, Manolo Mata que “pongan fin a la persecución ideológica a la que el Gobierno de España y el Botànic les está sometiendo”.
Los trabajadores de los salones de juego de la Comunidad Valenciana han lamentado hoy las declaraciones del director general de Ordenación del Juego del Ministerio de Consumo, Mikel Arana, que ha admitido, en una charla organizada por la sección juvenil de CC.OO de Madrid, que su objetivo es acabar con los salones de juego a pesar de que, como ha reconocido, “la mayoría de gente que juega lo hace como una actividad de ocio y no les supone un problema de salud”.
Los trabajadores de los salones de juego consideran que el PSPV, como principal partido del Botànic, “debe impedir” que la agenda ideológica de la izquierda radical se lleve por delante los puestos de trabajo de un sector que, como ha reconocido Arana, “no supone un problema de salud para los valencianos”.
El portavoz de los trabajadores ha lamentado que desde el Gobierno se pretenda “perjudicar de manera gratuita e injusta a un sector que da trabajo a más de 2.000 personas, sólo en la Comunidad Valenciana. Estas declaraciones ponen de manifiesto que a algunos partidos políticos no les importa nada nuestro trabajo ni la salud de las personas, sólo quieren imponer su agenda política”, ha señalado Contreras, que ha aprovechado para pedir a Puig y Mata que tenga en cuenta estas declaraciones de Mikel Arana y modifique la ley del juego y las apuestas de la Comunidad Valenciana.
La UTSAJU cree que la nueva normativa sobre el juego que ha elaborado el Botànic está inspirada en una serie de prejuicios alimentados por la izquierda radical que, como han demostrado las declaraciones de Arana, no responden a ningún dato objetivo”.