Los socialistas recomiendan prudencia al concejal de Hacienda "pues las verdades a medias pueden convertirse en serias mentiras"
La concejal socialista Nuria Hernández sostiene que “el mal de muchos no es consuelo de nadie, como parece serlo para el Sr. Muniesa, con relación a la deuda a proveedores que tiene el Ayuntamiento de Sagunto y que el Ministerio de Hacienda permitirá abonar mediante un mecanismo de financiación. Primero –sostiene Hernández-, porque la deuda no desaparece, sino se alarga en el plazo de pago y con unos intereses que hasta parecen especulativos, que se sumarán luego al pago de crédito. Además, este mecanismo abarca las facturas impagas registradas antes del mes de diciembre, no incluye las facturas registradas en los primeros meses de este ejercicio, normalmente de cuantía elevada y que se corresponden fundamentalmente con los suministros del ultimo trimestre del año 2011.
Tampoco se incluye la deuda que el Ayuntamiento tiene con la SAG, que es una empresa municipal pero que necesita, como cualquier otra empresa, cobrar para poder funcionar. Por supuesto que nos alegramos por los proveedores, que han sido una de las víctimas de la mala administración de Castelló y su equipo de gobierno, pero esta solución circunstancial no puede ser tomada como una liquidación definitiva de la deuda y mucho menos como un mérito del cual enorgullecerse”.
Para la ex edil de Hacienda, “seguimos igual que siempre o peor, con los números poco claros, con los recursos sin una base firme y sin cumplir los plazos como corresponde, pues el 1ro. de marzo deberían haber entregado y hecha pública la liquidación del ejercicio anterior y no tenemos ninguna noticia sobre el estado de las cuentas del 2011.
Es este documento el único que contiene la realidad de la situación económica municipal, de la realidad de los ingresos y de los gastos, así como de la situación de la tesorería municipal. Por tanto, una vez más, no han cumplido con los plazo legales que da validez a la cuentas y transparencia a la gestión económico. Esta falta de transparencia llevada a sus últimas consecuencias impide que podamos confiar en la adecuada gestión de las cuentas y, con ello, en quienes las gestionan.
El presupuesto está sin aprobar, el tiempo pasa y los borradores que han llegado a nuestras manos de ninguna forma los creemos representativos de la realidad económica de la administración y mucho menos ahora, que con el pago a los proveedores por parte del Gobierno, va a significar que cada administración deberá ajustarse aun más en sus gastos para devolver el dinero al Estado a lo largo de los años”.
“Por eso no nos causa ninguna satisfacción, más allá de que se le pague a quienes se les debe como corresponde, que ahora arrastremos por años una deuda a elevados intereses y que mucho tememos se termine “socializando” de forma tal que sean todos los ciudadanos, por medio de sus impuestos los que acaben haciendo frente a lo que la irresponsabilidad de esta administración no lo hizo como correspondía, por eso afirmamos las verdades a medias pueden convertirse en serias mentiras”.