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Un vecino multado por no recoger los excrementos de su perro solicita realizar trabajos en beneficio de la comunidad limpiando las calles

Un vecino multado por no recoger los excrementos de  su perro solicita realizar trabajos en beneficio de la  comunidad limpiando las calles
  • La sanción es de 300 euros y la tarea consistirá en retirar de las vías y espacios públicos excrementos de mascotas

  • Agentes de la Policía Local patrullan de paisano mañana, tarde y noche para atajar actitudes incívicas

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Un vecino multado por no recoger los excrementos de  su perro solicita realizar trabajos en beneficio de la  comunidad limpiando las calles  - (foto 2)
Un vecino de Quart de Poblet se ha acogido a la posibilidad que la ordenanza de tenencia y protección de animales de compañía brinda de sustituir por trabajos en beneficio de la comunidad las sanciones impuestas por no recoger los excrementos de los perros.

En este caso, la multa es de 300 euros y el infractor deberá realizar 40 horas de trabajo, repartidas en 10 días, limpiando las calles de aquello que él no recogió: cacas de perro. Con esta medida no sólo se libra de una carga económica importante, que llega en un momento difícil, sino también será mucho más consciente de los perjuicios que para la salud pública, la convivencia y la imagen del municipio causa esta mala práctica. De hecho, ese es el objetivo principal: concienciar.

El Ayuntamiento lleva años realizando importantes esfuerzos para sensibilizar a los propietarios de mascotas con el objetivo de que la tenencia de éstas no genere ningún problema al resto de vecinos y vecinas. La recogida de excrementos es, sin duda, una de las cuestiones más espinosas y que más tensiones causa y, por ello, se han desarrollado diversas campañas publicitarias, complementadas con el reparto de pinzas y bolsas para recoger los excrementos, y se han ido ampliando paulatinamente las zonas de pipi-can en parques y espacios públicos.

Sin embargo, a pesar de estas medidas siguen produciéndose actitudes incívicas, por lo que el Ayuntamiento acordó endurecer las sanciones previstas en la ordenanza municipal, elevándolas hasta 600 euros en casos reincidentes, aunque eso sí incorporó la posibilidad de conmutar el pago por la realización de trabajos en beneficio de la comunidad. Cuatro horas de trabajo redimen de 30 euros de la sanción y las jornadas deben tener una duración máxima de 4 horas.

No obstante, se establece cierta flexibilidad y se deja a la persona sancionada determinar cuándo va a realizar la tarea para que pueda compatibilizarla con sus actividades diarias, con sus cargas personales y familiares.

Además se ha intensificado la vigilancia, de manera que agentes de la Policía Local patrullan, a veces de paisano, mañana, tarde y noche para detectar quién no retira los excrementos de sus mascotas. Porque, como establece el artículo 16 de la ordenanza: “Como medida higiénica ineludible, las personas que conduzcan perros y otros animales, impedirán que estos depositen sus excrementos en vías públicas (aceras, jardines, paseos, lugares de juego) y, en general, en cualquier lugar destinado al tránsito de peatones. Para que evacuen se utilizarán las zonas señaladas para ello (pipi-can) repartidas por el municipio; de no existir zonas señaladas, deberán llevarlos a la calzada junto al bordillo, y lo más próximo posible al sumidero o imbornal del alcantarillado, quedando obligado el propietario a recogerlos posteriormente. En el caso de que los excrementos queden depositadas en lugares no permitidos (aceras, zona peatonal, etc.), el conductor del animal está obligado a recoger y retirarlos, incluso debiendo limpiar la parte de la vía pública que hubiera sido afectada y depositarlos en papeleras o contenedores de basura. En caso que se produzca la infracción de esta norma, los agentes de la Autoridad municipal podrán requerir al propietario o la persona que conduzca al perro para que proceda a retirar los mismos, y podrán imponerle la sanción pertinente”.

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