Así se pueden celebrar unas navidades más sostenibles y solidarias
Las fiestas navideñas que se celebran en estas fechas suponen uno de los períodos de mayor consumo de recursos humanos, energéticos, económicos y naturales de todo el año. Además, en ellas se concentran la mayoría de cenas, eventos y reuniones que celebramos a lo largo de los 365 del año. En muchas ocasiones, su organización y desarrollo supone un elevado coste ambiental y ecológico, el cual no obstante, podemos menguar con unas pequeñas pautas y consejos de fácil puesta en práctica.
La comida suele ser el eje en torno al cual todo gira en estas fechas. Hay que recordar que la evolución hacia dietas en las que la carne, especialmente la roja, tenga una presencia más pronto reducida, suponen ya un gran gesto de cara al medio ambiente. Esto es debido a que la ganadería extensiva, la cual nos proporciona la mayor parte de las carnes de vacuno, cerdo y cordero, así como de otras carnes como el caballo, es responsable de la emisión de cerca del 14% de los gases de efecto invernadero, culpables en gran parte del conocido cambio climático. Algunos estudios de reputadas universidades aseguran que, sólo cambiando la ternera por pollo, podemos llegar a evitar casi la mitad de los gases que, de media, emite una persona al día. El motivo de esta recomendación se explica por el elevado número de gases metano que emiten las cabezas de ganado, y del coste ambiental en términos de agua, contaminación de terrenos por sus residuos y consumo de alimento, que generan. Asimismo, otro de los factores que afectan a la alimentación en estas fechas es el excesivo envasado de los alimentos que consumimos.
Siempre es más recomendable consumir productos frescos, naturales, y sobre todo comprados en comercios locales cercanos, evitando el carbono que se emite si se deben adquirir desde lugares lejanos a nuestros domicilios. De este modo, evitaremos la utilización de embases, la mayoría de ellos de plástico, innecesarios. La Generalitat Valenciana a este respecto ha lanzado en estas semanas la campaña ‘el Nadal és valencià’, con el objetivo de animar a los consumidores a consumir productos de la Comunitat Valenciana, con un doble objetivo, ambiental, y económico. Así, se anima a comprar cava de Requena, juguete del interior de Alicante, Turrón de Xixona, langostino de Vinaròs o gambas de La Marina.
Con respecto a la comida, es importante medir bien las cantidades para evitar tirar comida a la basura. Las carnes, mariscos y pescados que consumimos estos días bien pueden ser sustituidos, en gran medida, por ensaladass o fruta fresca.
RESIDUOS
Igualmente es importante destacar la necesidad de una correcta separación de los residuos que generemos para su posterior reciclado. Como nota, cabe decir que el cristal, del cual están hechos vasos, jarras y copas, no se debe depositar en el iglú verde, el cual únicamente está pensado para depositar botellas de vidrio. Si se mezclan ambos materiales, al estar hechos de compuestos químicos distintos, estaremos provocando el desecho de mucho vidrio reciclado, que se producirá con una calidad menor al que no contiene los elementos del cristal.
Puestos a elegir, siempre es preferible debido a su facilidad a la hora de reciclarlo, un envase de papel o cartón a uno de plástico. Del mismo modo, es preferible, si es posible, un envase de vidrio, a uno de metal, y uno de metal a uno de plástico. También es importante sustituir las ya tradicionales servilletas de papel por otras de tela lavables y reutilizables, evitando así el consumo desmedido de papel.
COMERCIO JUSTO
Asimismo, las fiestas navideñas son un escenario perfecto para encontrar diversas iniciativas y ofertas solidarias con las personas que peor lo pasan a lo largo del mundo, y también en nuestro entorno más inmediato. En estos días es muy sencillo encontrar partidos, fallas, asociaciones, parroquias, clubs deportivos y demás entidades que organizan diferentes actividades solidarias. Así, además de las típicas acciones que ya se llevan a cabo, siempre se puede apostar por la amplia oferta de productos solidarios y de comercio justo, es decir, producidos de una manera sostenible y ecológica por trabajadores de países en vías de desarrollo en condiciones laborales que cumplen los estándares mínimos internacionales.