Juntas es Mejor contagia su «cadena de favores» a las vecinas de Puçol

Una treintena de vecinas (y un par de vecinos) se dieron cita en La Barraca para descubrir quiénes son esas dos «gurús» de las que tanto hablan algunas deportistas locales del Tripuçol, el Club de Atletismo y otros colectivos.

Patricia López y Paula Llorente son dos licenciadas en Actividad Física y Deporte que se conocieron en el mal trago que supone la Universidad y los exámenes, pero su apuesta por crear algo para ayudar a los demás nace tras un viaje por Alemania, con pinchazo incluido y la aparición de un ángel alemán llamado Werner, «que nos acompañó de forma desinteresada durante diez horas hasta asegurarse de que llegábamos sanas y salvas al hotel».

Antes, ese ángel inspirador había recibido ayuda en un momento difícil y pensó que era un buen momento para continuar la cadena de favores. Paula y Patricia descubrieron no solo una gran historia, también una forma de devolver la ayuda recibida.

Y crearon una página web, un blog, redes sociales… «incluso recibimos premios por nuestra campaña de marketing… cuando nosotras no sabíamos nada de todo eso y eran los amigos los que nos ayudaban».

Durante la pandemia, su hora diaria de ejercicios, a las 10 de la mañana, a lo largo de 60 días seguidos, disparó su nombre, sus seguidores, su éxito. Y acabaron por plantearse dejar sus otros trabajos y dedicarse a ayudar a otras personas, sobre todo mujeres en el ámbito deportivo.

Así nació Juntas es Mejor, que desde entonces ha organizado todo tipo de encuentros de forma desinteresada y ha colaborado con clubs y asociaciones para demostrar que con el apoyo de una mano amiga «sí, se puede».

Su charla La mujer en el deporte, impartida en Puçol el 14 de marzo, es una mezcla de autobiografía, fotos significativas, mensajes positivos y un decálogo ideado para inyectar fuerzas y amor propio en todas las personas que se acercan a ellas… de hecho, entre el público había más de una «seguidora» de sus redes y sus convocatorias deportivas.

Juntas es Mejor es una apuesta contagiosa, como demostraron con un sencillo ejercicio de «Piedra, papel o tijera» que sirvió para demostrar que la sonrisa acude siempre que nos lo proponemos, como los éxitos en cualquier prueba, ya sea nadar un rato, ver el amanecer junto a la playa o correr por primera vez los 42 kilómetros de una maratón… «aunque alguna piense que con 33 kilómetros ya es suficiente».

Retos deportivos, siempre en compañía, porque juntas es mejor… y las chicas son guerreras.

Prueba de ello es que, tras el encuentro en Puçol, ya han surgido nuevos desafíos para acometer juntas y continuar con una cadena de favores que desde 2016 no ha dejado de crecer.