PUÇOL | CULTURA Y ESPECTÁCULOS

«Fusta de carrasca», nueva novela de Manel Alonso

MANEL ALONSO - 26/09/2022 | Fotógrafo: Manel Alonso

El viernes 30 de septiembre, a les 19.30 horas, se presenta en la Casa de Cultura de Puçol la sexta novela de Manel Alonso, Fusta de carrasca. Además del autor, estará presente la editora, Núria Sendra

Durante la presentación se realizará una lectura dramatizada de diferentes fragmentos de la novela cargo de Vicent Penya, Manel Hurtado y Pilar Santos

Escribir una novela es una aventura. El novelista sabe cuándo comienza, pero nunca cómo acaba. Ja puedes programar tu tiempo, hace un plan riguroso de trabajo, que tarde o temprano aparecerá un escollo o una o varias cruces que te obligarán a variar el rumbo del relato.

He escrito seis novelas: La maledicció del silenci (1992), Escola d’estiu (1994), una que permanece inédita de la cual no quiero ni recordar su nombre, En el mar de les Antilles (1999), que considero mi primera novela porque para mí las otras, pasados unos años, no fueron más que pruebas, Entre les urpes del gat (2018), con un tortuoso proceso de creación del cual bien se podría escribir un relato, y este año 2022 aparece Fusta de carrasca.

Se trata de una narración que comienzo a escribir con una estructura y unos personajes bien definidos, y con toda la información sobre los hechos en mi poder. La hacía crecer con una regularidad artesanal, que solo es capaz de darte la seguridad que te ofrece el oficio de escribir, n oficio que tanto me ha costado aprender. Tenía incluso elegido el lector al que iba destinada. No era un prototipo de lector, sino uno en concreto.

A punto de escribir el último capítulo y poner punto final, la tragedia apareció de pronto en mi vida y la redacción de la novela se paró. Meses más tarde, volví a leer todo lo que había escrito y me di cuenta que, sin mi lector, nada tenía sentido, lo que me obligó a reescribir un buen número de páginas y pensar en un final distinto al que tenía previsto.

El día que la Feria del Libro de Valencia rindió un homenaje a mi querida vecina Empar Claramunt, atraqué a la editora Núria Sendra y ella, con una sonrisa, se comprometió a leer mi original.

Núria y sus asesores me aseguraron que algo rechinaba en las últimas páginas del libro. Estuve un par de mees pensándolo hasta que un día, volviendo de un largo paseo, lo vi claro: le sobraban un par de páginas y le faltaba el párrafo que cerraría como un círculo perfecto el relato.

La médica Sònia Giner Molins, en el prólogo del libro Quadern per al meu fill Arnau (2020), afirma que suelo fusionar mis vivencias, mi pueblo o aquellas personas que quiero en mis textos y desdibujo la línea que separa la realidad de la ficción.

A menudo mi narrativa se sitúa como un funambulista diestro sobre la fina línea que separa lo que es real de la pura ficción, y los lectores no acaban de adivinar lo que es cierto y lo inventado.

En Fusta de Carrasca, el funambulista ve como bajo sus pies se desdibuja casi por completo esta línea, peo la realidad que aparece no es la verdad, porque la solidez de la verdad siempre depende de aquel que la mira.

Fusta de carrasca está narrada por la protagonista. Ella es consciente de que no es una isla, que forma parte de una saga familiar, que la vida que vivieron, que la clase social a la que pertenecían y las decisiones que tomaron sus antepasados han acabado marcando su destino. Recuerda incluso aquello que no ha vivido, que vivieron sus abuelos, sus padres, y lo va escribiendo en un cuaderno.

Recordar ya es hacer literatura, y la literatura es una máquina con la cual podemos viajar adelante y atrás en el tiempo.

La protagonista nos habla del paisaje originario de su familia, de los motivos por los que se vieron obligados a dejar atrás su pueblo. De la emigración, del descubrimiento de un nuevo país con una lengua y una cultura diferentes y cómo se adaptaron a la nueva realidad.

En Fusta de carrasca hay mucho de lo que se denomina efecto espejo, vemos reflejadas en el texto toda una serie de figuras en diferentes planos, y de la misma manera que en Las meninas, de Velázquez, descubrimos que entre ellas está el escritor.

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