Ejercicio de salvamento en la playa para comprobar que todos están preparados
Playa de Puçol. Una mañana normal, tranquila. De pronto, suena la alarma. Alguien está ahogándose. La socorrista de la torre de vigilancia más cercana se lanza al mar. Su alarma ha puesto en marcha al personal de la posta sanitaria: ambulancia, embarcación, socorrista, personal de apoyo, Policía Local y aviso al 112 de Emergencias. Afortunadamente, es solo un ejercicio de entrenamiento… y todos cumplen su cometido a la perfección.
El alcalde en funciones José María Esteve y el concejal Adolfo León asisten como espectadores en primera línea de la playa norte de Puçol al ejercicio realizado por los trabajadores que se ocupan de la seguridad en la playa. Junto a ellos, Roberto Vicent y José Vicente Rico, director y subdirector de Provitas, la empresa que lleva el servicio de salvamento y socorrismo en la playa por segundo año.
El ejercicio consiste en rescatar a una víctima situada a unos 75 metros en el agua, frente a una de las seis torres de vigilancia, cerca de un espigón. La joven está en estado de estrés acuático, por lo que todavía era capaz de pedir ayuda agitando los brazos.
La socorrista de la torre más cercana la localiza con los prismáticos. Da el aviso telefónico y, con un salvavidas de apoyo, se lanza corriendo al mar. Desde la posta sanitaria, donde se centralizan todos los servicios, se da el aviso a la socorrista de la siguiente torre, para que actúe como apoyo.
Al mismo tiempo, la embarcación de rescate, con un patrón y un socorrista, ya se acerca a recoger a la víctima y a la socorrista. Con ambas en la barca, se dirige hacia la arena, donde ya llegan los demás participantes… y el público, que sigue con curiosidad el ejercicio, avisado ya de que se trata solo de un ejercicio para mantenerse en forma y corregir posibles errores.
Tras los primeros ejercicios de recuperación, con una camilla trasladan a la joven hacia el paseo marítimo. Allí ya espera la ambulancia, que siempre está aparcada junto a la posta sanitaria, en la zona central de la playa. En ella viaja un técnico de emergencias sanitarias y una enfermera. Su objetivo es llevar a cualquier usuario al centro sanitario más próximo.
Además, una unidad de la Policía Local ha acudido al paseo marítimo tras el aviso realizado por el servicio de socorrismo. «Y en todas las emergencias acuáticas llamamos también al 112, por si llaman los usuarios de la playa o vecinos», explica Roberto Vicent. «Aunque en este caso ya les hemos indicado que se trata solo de un simulacro, para comprobar que todos los medios funcionan bien».
Después de comprobar la respuesta adecuada y recibir felicitaciones de los espectadores, cada componente del equipo regresa a su puesto de vigilancia y control.
«Es el segundo año que llevamos el servicio de salvamento en la playa y, además, la playa accesible, con sillas anfibias y personas con movilidad reducida», recuerda José Vicente Rico. «La posta sanitaria es nuestra base de operaciones, porque está en el centro de la playa y cuenta con la ambulancia, el equipo para curas leves, el patrón con la embarcación y el socorrista, un botiquín, el desfibrilador y todos los contactos necesarios».
Puçol cuenta con seis puntos de información de bandera indicando el estado de la mar. La gente es muy respetuosa con la bandera roja. El público no puede acceder al agua, solo los deportistas federados, debidamente documentados. Ignorar la roja supone una falta grave según establece la Ordenanza Municipal.
Y más en un verano como este, con más de dos meses en los que las tardes han sido irregulares y que no invitaban al baño: vientos fuertes, racheados, corrientes peligrosas… y en todas las playas de Puçol.
«El mayor problema es que el mar cambia de repente y hay gente a la que pilla dentro del agua. Afortunadamente, no hemos tenido que lamentar incidentes importantes. Lo que sí está pasando es que hace mucho calor y la mayoría de las intervenciones son de gente mayor por deshidratación», finaliza el subdirector de Provitas.
Adolfo León insiste en las medidas básicas que tenemos que tomar todos ante el calor: «Hidratación, una gorra, evitar las horas centrales del día, beber abundante agua y, si alguien se siente mal, que se acerque a cualquiera de los seis puntos con socorrista y bandera, o a la posta sanitaria central, donde le atenderán debidamente».
Además, la playa de Puçol cuenta con un servicio de pulseras para tener controlados a los peques, solo tienen que pedirlas en la posta sanitaria y son también válidas para personas de Alzheimer.
«La hidratación, las pulseras y los mecanismos de salvamento a punto son servicios y ejercicios que ponemos en marcha cada verano para estar preparados ante cualquier urgencia», señala el alcalde en funciones José María Esteve. «Lo ideal es que haga falta ninguna intervención, pero más vale prevenir y, si son necesarios, que respondan con la máxima efectividad».