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El colegio Virgen al Pie de la Cruz cocina 10.000 comidas solidarias durante el largo puente

El colegio Virgen al Pie de la Cruz cocina 10.000 comidas solidarias durante el largo puente
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    La ayuda desde Puçol a los pueblos que han sufrido los estragos de la DANA está llegando por vías que en principio no podíamos imaginar: voluntarios, instituciones, empresas… Algunas resultan especialmente llamativas por lo que implica: el personal del colegio Virgen al Pie de la Cruz ha tenido la cocina trabajando para cocinar 10.000 raciones de comida en envases individuales durante el fin de semana del 1 de noviembre.

    «La idea de dedicar nuestro tiempo, la materia prima y las instalaciones del centro surge el jueves, cuando nos comprendemos que ívamos a estar cerrados y queremos colaborar», explica Alberto Francés, el director del centro educativo donde se imparte la enseñanza de Hostelería, entre otras.

    El primer paso fue hablar con Ricochet, la empresa con la que trabajan temas de alimentación: ella tiene los contactos con distribuidores de alimentación y el colegio la cocina, por lo que era fácil empezar… luego ya se vería cómo era acogida la idea.

    «Y empezamos a cocinar el jueves por la noche, así el viernes, Día de Todos los Santos, a mediodía salía el primer convoy», continúa el director. «Ricochet lleva varios colegios, pero algunos están destrozados por el agua, por lo que se trataba de hacer llegar la comida a aquellos puntos en que podía ser útil y, sobre todo, repartida entre varios pueblos».

    En ese primer momento, la empresa y el profesorado comenzaron a cocinar. Al mismo tiempo, continuaban los contactos con proveedores para ver si podían enviar materia prima con la que cocinar. Makro, Velarte y los colegios Diocesanos comenzaron a mandar productos con los que ir elaborando distintos menús.

    Los números hablan de la dedicación y el apoyo recibido: el viernes se enviaron en total 1200 comidas, todas en envases individuales, listas para disfrutar. El sábado se alcanzaron las 2000 raciones. Y el domingo, récord absoluto: más de 4000 raciones de comida recién elaborada y enviada siempre a distintos pueblos. El lunes otras 2700 y la cocina sigue en marcha el martes. Ya van mas de 10.000 raciones.

    «En este punto ya se había volcado con nosotros todo el mundo: no solo los profesores, también los alumnos y los padres y madres que venían a turnarse en la cocina, pero también en las tareas adicionales: recoger alimentos, catalogarlos, prepararlos, mantenerlos en las cámaras… todo cuenta».

    Y cuando se iba agotando la materia prima, la llamada a través de redes sociales dio sus frutos, nunca mejor dicho, durante el fin de semana: los padres del colegio y los vecinos fueron los primeros en entregar alimentos directamente en el centro.

    A partir del lunes se han sumado los cuatro colegios públicos de la población: Jaume I, Luis Vives, Bisbe Hervàs y La Milotxa están pidiendo a las familias del alumnado que pongan alguna ayuda adicional en la mochila.

    El resultado: las furgonetas que salen cada día del colegio están sirviendo no solo las raciones de comida recién preparada, sino también agua, fruta, madalenas, pañales, barras de pan…

    Y en estos cuatro primeros días ya han recibido la visita desde Virgen al Pie de la Cruz las siete poblaciones: Paiporta, Picanya, Benetússer, Massanassa, Aldaia, Sedaví y Catarroja.

    «Todos los días un poco de todo para cada pueblo, queremos que llegue a todos y para eso también estamos atentos a lo que nos piden. Como ejemplo, hoy martes hemos preparado unas raciones especiales para una residencia de mayores de Picanya y, todo ello ¡sin dejar de dar las clases de infantil, primaria y ESO en nuestro centro!».

    Porque en el colegio la actividad académica no se ha interrumpido, salvo en el puente festivo. Por turnos, es el alumnado de Hostelería el que ayuda a cocinar y el de Electricidad se ocupa del envasado de la comida. A ellos se suman los de Administrativo, que llevan la recepción de los alimentos y su clasificación. Unos y otros trabajando juntos hasta las 8 de la tarde.

    La situación se ha hecho tan conocida que empiezan a llegarles ayudas que nunca hubieran imaginado, como los colegios de pueblos de alrededor que les mandan materia prima para cocina, o la que está llegando desde Barcelona y, sobre todo, la de la Guardia Civil de Teruel: «El sábado llegaron al centro con tres convoyes cargados de materia prima, se cambiaron aquí, cargaron comidas ya elaborada y las llevaron al sur de Valencia. El domingo más materia prima traída por los propios guardias, a cambiarse y a transportar».

    Alberto tiene claro que van a seguir cocinando mientras sea necesario cubrir la alimentación básica en los pueblos afectados, para ello cuentan con la ayuda de todos, aunque a veces esa ayuda pueda crear problemas de logística y de menú: «Hemos recibido dieciséis cajones de limones, ¿qué vamos a cocinar para poder aprovechar tal cantidad de limones?».

    Quizá en este caso sea el refranero popular el que eche también una mano: «Si la vida te da limones, haz limonada».

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