Los productores de algarroba esperan una cosecha en la media de los últimos años
Los productores de algarroba de la Comunitat Valenciana esperan una producción similar a la media de las últimas campañas, sobre unas 18.000 toneladas, en una campaña donde muestran su preocupación por el aumento de los robos y la calidad del producto por las adversas condiciones climatológicas, según informa LA UNIÓ de Llauradors.
La campaña pasada resultó bastante atípica pues tuvo un importante descenso de cosecha por unas condiciones climatológicas adversas, lo que llevó a calificarla como una de las más bajas de la historia reciente. En la actual se ha vuelto ya a los niveles normales de los últimos años y además con un fruto de gran calidad.
Esta última circunstancia unida al hecho de que los precios sean parecidos a la campaña pasada, sobre unos 0,21 euros/kg de media, provoca también una mayor atracción para que este fruto seco sea robado de los árboles. De hecho se detecta un incremento de los robos en las zonas productoras, con especial incidencia en la comarca del Maestrat donde existe mayor superficie de cultivo en la que se prevén unas 6.000 toneladas. Otras comarcas con gran producción de algarroba, aunque hay plantaciones en todas las zonas de interior, son la Plana Alta en Castellón y el Camp de Túria, Los Serranos y la Hoya de Buñol en Valencia. Los productores de algarroba alertan de un posible mercado negro en la algarroba y por ello instan a inspeccionar todos los posibles almacenes sospechosos de comercializar mercancía robada.
LA UNIÓ reclama un mayor control y vigilancia en los campos de esas zonas y también en los puntos de venta de mercancía robada, verdadero centro de atención para atajar con estos robos. En este sentido LA UNIÓ reclama la colaboración de los almacenes que compran algarroba a los productores con las fuerzas de seguridad del Estado para que trasladen enseguida una posible mercancía proveniente de un robo. En la mayor parte de los casos los almacenes que compran producto robado son clandestinos y no tienen ni licencia ni nada en regla.
Así, LA UNIÓ les pide a las empresas del sector un mayor esfuerzo y colaboración a la hora de comprar la algarroba, verificando la procedencia y denunciando a toda persona sospechosa de vender producto procedente de robos. LA UNIÓ ya ha trasladado a la Delegación del Gobierno la proliferación de estos robos y le pide que no olvide a estas zonas, reforzando la vigilancia a través de los equipos ROCA, destinados a combatir los robos en el campo.
La algarroba hasta hace poco se consideraba una producción marginal y con precios que no compensaban su cultivo. Pero últimamente está siendo un complemento de renta para sus productores al empezar a ser más demandado por las empresas transformadoras, haciéndolo un poco más atractivo tanto para los agricultores como para los ladrones de cosechas. A los agricultores les preocupa la gran especulación que hay con este cultivo porque se encuentra en manos de un monopolio en manos de pocas empresas.
Cuidan los agricultores los árboles todo el año y efectúan las laboriosas tareas de recolección para percibir apenas entre 0,21 y 0,30 euros por kilo como mucho y quienes venden la pasta luego que se extrae para alimentación pueden obtener bastantes ingresos ya que llegan a sacar sobre unos 8 euros entre pasta y garrofín. De la masa salen espesantes o conservantes y también edulcorantes o productos para la industria farmacéutica.