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ENTREVISTA

Presidente de Cruz Roja Valencia: 'Si algo puede cambiar, este es el momento'

Presidente de Cruz Roja Valencia: 'Si algo puede cambiar, este es el momento'
  • Rafael Gandía explica cómo se está trabajando con los inmigrantes tras la llegada del Aquarius y qué puede pasar ahora

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Las imágenes hablaban por sí solas. Más de mil voluntarios para atender a los seiscientos inmigrantes que llegaron con el Aquarius al Puerto de Valencia este domingo. A ello se suma la gran cobertura informativa con más de seiscientos periodistas acreditados para "cubrir" la llegada. El impacto mediático de la operación ha sido brutal, algo que recuerda a la repercusión que tuvo hace ahora tres años el triste caso del pequeño Aylan que se ahogó frente a las costas turcas.

Elperiodic.com ha entrevistado al presidente de Cruz Roja Valencia, Rafael Gandía, para reflexionar sobre lo que Valencia ha vivido estos días. Gandía ha estado coordinando las labores de los 250 voluntarios de la institución así como los 200 intérpretes que estuvieron ayudando el domingo. Su labor sigue, ahora, cuando ha dado comienzo la segunda fase del operativo.

Antes que nada ¿Cómo se encuentras los inmigrantes?

Desde el punto de vista sanitario están razonablemente bien. No hay patologías graves y los ingresados lo están por amigdalitis o heridas. Desde el punto de vista psicológico están más tranquilos pero, evidentemente, a la expectativa de qué va a ser de ellos.

Es un gran paso después de todo lo que han vivido...

Llegaron con mucho miedo. Venían de un periplo, ya no solo de la semana que estuvieron dando vueltas por el Mediterráneo, sino desde que salieron de sus casas. Hay que tener en cuenta que tuvieron que cruzar países a pie, de forma ilegal, y durante este tiempo se han encontrado pocas caras amigas. Son trayectos muy duros en todos los sentidos, una aventura tremenda. Luego suben a una patera, hacinados, sin protección, con riesgo de caer al mar y todo esto genera una situación de estrés tremenda. De hecho, las primeras personas que se encuentran que son amables son los voluntarios de la ONG que les recogió en el barco. Pero una vez ahí, resulta que en Italia no les quieren y tienen que ir a Valencia sin saber ni siquiera, muchos de ellos, de qué estamos hablando. Nuestra labor es lograr que se tranquilicen y que sepan que están entre gente que quiere ayudarles, algo que tampoco es fácil cuando tienes a dos policías delante... Es una tarea que cuesta unos días.

¿Cómo fue el protocolo de actuación tras la llegada al Puerto de Valencia?

Era un operativo de casi 1.000 personas y con un protocolo muy claro. Cada uno tenía perfectamente esquematizada su función. Primero estaba Sanidad Exterior, junto con Sanidad Universal, que hicieron una primera valoración de urgencia para detectar cualquier indicio de patología. Tras ese primer trámite, venían con Cruz Roja y les dábamos el kit de hidratación básico, ropa limpia y servicio de interpretación. A los que tenían una patología importante o situación especial -mujeres embarazadas- se les llevó al hospital y el resto pasó a la zona de registro. Allí la Policía les tomó los datos y la científica determinaba su 'clasificación'.

También se les daba el permiso de residencia de 45 días.

Sí. Ahora tienen un permiso de 45 días en el que tienen libertad total de movimiento. Todos salvo los menores, que solo pueden salir acompañados de Cruz Roja o de personal de la administración. En este caso, además, no serían nunca devueltos sino que entrarían en el sistema de protección que hay establecido para menores. Por eso es tan importante saber si lo son.

¿Cómo se determina?

Hay pruebas científicas con mucha certeza. Por ejemplo la de la muñeca, según la configuración de los huesos de la misma se puede saber.

La Generalitat ha puesto este miércoles en marcha la segunda fase de la operación. ¿Podría explicarnos en qué consiste?

Estamos gestionando la atención en los albergues y alojamientos previstos por la Generalitat. Ahora mismo hay un grupo importante de personas que ha ido a Cheste, estas son las adultas que no son grupos familiares, otro de menores el Alicante y uno más pequeño en Castellón. En Cheste, por ejemplo, los tenemos separados por sexos y todos ellos tienen el permiso de moverse con libertad: salir, entrar, tomarse algo, ir a cortarse el pelo... Nuestro cometido aquí es atenderles psicológicamente y sanitariamente, siempre con la colaboración de la Conselleria de Sanidad. Además, también procuramos que tengan intérpretes para ayudarles a realizar los trámites.

¿Cómo es su día a día?

Hay que tener en cuenta que tener a quinientas personas sin mucho que hacer no es bueno. Por eso, hemos habilitado pantallas de televisión par que puedan ver el mundial y estamos organizando actividades, pequeñas liguillas ya que hay campos de baloncesto y fútbol.

Nos decía antes que están a la expectativa de lo que va a pasar...

Claro. Ahora tienen que esperar a todas las entrevistas para ver dónde se les deriva. Para ello están teniendo asistencia jurídica del Colegio de Abogados de Valencia.

Y, ¿qué escenarios se dibujan?

Durante 45 días son libres. Posteriormente, se les puede conceder el estatuto de refugiado. Otro escenario es el asilo, que otros países los reclamen y vayan allí. Por ejemplo, ayer estuvo una delegación de la Embajada Francesa haciéndoles entrevistas porque muchos de ellos han mostrado su interés por irse allí ya que tienen vinculación con el país, bien por su idioma, por contactos... Y la última posibilidad es que sean devueltos. Esto lo decidirán las autoridades tras estudiar caso por caso.

Volviendo a lo que hemos vivido estos últimos días. ¿Se esperaban esta 'avalancha' de solidaridad?

Esto nos ha sorprendido a todos. No nos ha superado, afortunadamente, pero sí nos ha ido sorprendiendo a medida que iba pasando. Cuando se anunció que venían, se constituyó una comisión que presidía la Vicepresidenta de la Generalitat para intentar coordinar a todos los participantes.

Nosotros hemos recogido en otras zonas del país a más gente de la que llegó el domingo y las hemos atendido en condiciones mucho más precarias. Es lo que pasa con el buen tiempo en la zona de Motril, de Cádiz, donde han llegado 1300 personas. ¿Qué quiero decir con esto? Cruz Roja está preparada para atender a cualquier persona que llegue con un pre aviso de tres o cuatro horas porque sabemos cómo se hace. Pero sabemos cuál es nuestra función, es decir, darles ropa, tranquilizarlos, explicarles los derechos y llevarles a un sitio seguro. Lo que aquí se ha hecho -que marca esa diferencia- es que se han hecho las gestiones que normalmente se extienden durante días, como la atención policial o sanitaria. Da la impresión -y es una pena- de que esto es un montaje pero nosotros atendemos exactamente igual, con los mismos recursos. En este caso, excepcionalmente, hemos tenido el tiempo suficiente para prepararlo bien.

Precisamente hoy se celebra el Día Internacional del Refugiado. El impacto mediático que ha tenido la llegada del Aquarius nos recuerda un poco a la repercusión que tuvo el trágico caso del pequeño Aylan hace ahora tres años. ¿Qué ha cambiado desde entonces?

A Cruz Roja no nos gusta hacer valoraciones. Nosotros ayudamos a las personas y queremos ser muy neutrales porque es lo que nos permite estar en todos los sitios, en todos los países y en todos los bandos. Pero es evidente que, desde lo que ocurrió en aquella playa de Turquía, las cosas no han mejorado. De hecho, da la impresión de que están incluso peor. Porque en este periodo han aparecido países con gobiernos muy contrarios a resolver el tema o admitir a refugiados. Europa tiene ahora una linea de gobiernos que no ven con buenos ojos la atención a las personas que llegan. En ese sentido, no se ha mejorado, pero yo creo que la repercusión mediática que ha tenido puede ser positiva porque ahora es muy difícil que los países miren a otro lado.

¿Cree entonces que puede haber un antes y un después?

Yo espero que esto sirva para que los que tienen que hacerlo, se sienten, se planteen que esto no puede continuar así y se busquen soluciones para evitar estas tragedias. Eso es lo que espero, no sé si va a pasar, pero probablemente este es el momento y creemos que la sensibilización que ha causado este episodio puede tener trascendencia.

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