Las Amas de Casa de Pilar de la Horadada retoman sus viajes
La Asociación local de las Amas de Casa retoma sus acostumbrados viajes culturales visitando, esta vez, Altea, en dos autobuses sufragados por el Ayuntamiento de Pilar de la Horadada. Para llegar al pueblo situado en la comarca de la Marina Baja, el colectivo salió a las 8:00 de la mañana desde la parada de autobuses del parque 30 de Julio, parando a hacer un breve descanso en Crevillente, en el Hostal-Restaurante La Algazara.
A la aventura se unieron también el Alcalde, José María Pérez, la concejal de Igualdad, Susi Sánchez, la edil de Servicios Sociales, Marina Sáez, la edil de Mayores, Mari Carmen Gracia, y el Delegado de Cultura, Darío Quesada.
Al llegar al pueblo, envuelto por la lluvia, se dirigieron a la Plaza de la Iglesia, el corazón de Altea, paseando de camino por bonitas calles donde pudieron observar las casas blancas y calles empedradas. Una vez en lo más alto del casco antiguo, se acercaron al mirador de la plaza, donde las vistas sobre el pueblo, la bahía, y el puerto deportivo y pesquero de Altea son magníficas, pudiéndose ver hasta los rascacielos de Benidorm.
A continuación pasaron a la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo (situada frente al mirador) donde las recibió nuestro Cura-Párroco y amigo, Francisco Morató, quien fue anteriormente Cura de la Iglesia Parroquial Nuestra Señora del Pilar. La majestuosa Iglesia, con más de cien años de antigüedad, también llamada la “Iglesia de Arriba” es la principal del pueblo, y no pasa desapercibida, ya que cuenta con dos cúpulas de azulejos azules típicos levantinos con adornos en blanco. La catedral está presente y visible desde todos los puntos de la ciudad, tratándose de una bella obra arquitectónica de estilo neobarroco con detalles modernistas, levantada sobre los cimientos de un antiguo templo. En el interior, pudieron apreciar un bonito retablo y una gran estatuaria de gran valor.
Además, tuvieron el placer de contar con un Historiador amante de su oficio que les contó todo sobre el lugar donde se encontraban. Seguidamente, el guía, les detalló información sobre los tesoros del pueblo, que debido al temporal no pudieron visitar.
Luego fueron al Hotel Cap Negret Altea, en primera línea de playa, a tomar la comida, pudiendo servirse de todo lo que deseaban. Y para terminar, disfrutaron de música, bailes y animación, e incluso de una botella de cava las mas “suertudas”, finalizando de esta manera la visita a este pueblo alicantino.