Las tradicionales Carasses tomarán las calles de Petrer los días 13, 19 y 27 de octubre
Fieles a la tradición, una vez finalizadas las Fiestas Patronales, las Carasses volverán a tomar las calles del casco histórico de Petrer, al ritmo de la dulçaina y el tabalet, buscando despertar el interés e incertidumbre del público por saber quién se esconde detrás de cada carassa.
Este año la primera cita con esta tradición será este domingo 13 de octubre, de 17:00 a 19:00 horas, teniendo como centro neurálgico la plaça de Baix, punto de partida y fin del recorrido circular de las Carasses que discurre por las vías Miguel Amat, Cánovas del Castillo, José Perseguer, San Vicente, Gabriel Brotons, plaça de Dalt y Cura Bartolomé Muñoz.
La segunda fecha marcada en el calendario es el sábado 19 de octubre, fecha en la que, como se viene haciendo en los últimos años, la Asociación contracultural Kaskaruja y el Ayuntamiento de Petrer trabajan conjuntamente para organizar el conocido como “dissabte carasser”, cuyo objetivo es seguir manteniendo viva esta tradición centenaria a través de la organización de un taller de Carasses i danses tradicionals en el que los más pequeños puedan participar e impregnarse de la esencia de esta tradición local.
La jornada del sábado arrancará a las 11.30, precisamente, con el Taller de Carasses i danses tradicionals en la plaça de Dalt.
Ya por la tarde, en el horario habitual (de 17.00 a 19.00 horas), las Carasses volverán a tomar el casco histórico, con punto de partida en la plaça de Baix.
Y este año las Carasses pondrán su punto y final el domingo 27 de octubre, también de 17:00 a 19:00 horas, por el recorrido habitual del centro histórico.
INFORMACIÓN SOBRE LES CARASSES
Les danses de les carasses, reconocidas como Bien Inmaterial de Relevancia Local, tienen su origen con un carácter satírico-burlesco y, seguramente se asociaron desde un comienzo a las festividades religiosas, como contrapunto a lo sagrado y al orden civil -Iglesia y Ayuntamiento-, por parte de los vecinos y vecinas de la villa que rompían, de este modo, al menos por unos días y por unas horas, el orden establecido por la sociedad del periodo moderno y contemporáneo.
Esta expresión de la cultura popular, enfrentada al sistema establecido, tuvo un respaldo social amplio que fue fluctuando a lo largo de los siglos, con mayor o menor participación, no siendo del agrado de los estamentos superiores, por lo que abogaron por su prohibición en la década de los sesenta del siglo XX, concretamente en el año 1962, reapareciendo con la llegada de la democracia a finales de la década de los setenta del siglo XX, con el objeto de tratar de recuperar esta tradición con su componente lúdico, satírico y crítico.
En octubre del año 1979 salieron de nuevo les carasses. Fue un momento de incertidumbre por la forma en que se hizo: tal y como se prohibió en 1962, se recuperó en 1979, por decreto. Algunas cosas eran nuevas: los músicos los pagaba el Ayuntamiento. Todos aquellos que querían participar debían identificarse en el retén de la policía local, donde se le otorgaba un número identificativo. Con estos cambios todo estaba controlado, pero en el fondo las autoridades tenían miedo de que ocurrieran incidentes de orden público.
ORÍGENES
Siguiendo la obra de Vicent Navarro i Tomàs (2000 y 2001), el investigador petrerí que ha estudiado les danses de les carasses, se puede indicar que se celebraban desde el siglo XVII, traídas por las familias que vinieron a Petrer desde la Foia de Castalla, de Biar y de algunos pueblos de l’Alacantí, a repoblar Petrer después de la expulsión de los moriscos, a partir de 1611 con la carta puebla otorgada por el conde de Elda.
Los documentos escritos que aluden a les danses de les carasses de Petrer se encuentran en la relación de actos de la celebración del segundo centenario de la Virgen del Remedio del año 1830, cuando se indica que “[…] y por las tardes de los expresados ocho días se efectuarán los bailes de danza con dulzaina según es costumbre desde inmemorial de esta villa”.
También aparecen en la relación de actos de la celebración del segundo centenario del Santísimo Cristo de la Sangre, en el año 1874, donde se escribe que “En los quince días que siguieron se hicieron danzas tocando la dulzaina todas las tardes en la plaza de abajo donde se reunían las máscaras para dicho objeto […]”.
En los programas de las fiestas de la Virgen del Remedio en las primeras décadas del siglo XX también se refieren a les carasses. Se anuncian como un acto más de la fiesta: del día 8 al 20 de octubre de 1912 se celebran “bailes de máscaras”. En 1925 se anuncian, el día 8, como un “concurso de máscaras”, los días 9 y 10 como “bailes populares”, y el día 11 como “concursos de disfraces, mantones de Manila y bailes populares”. El día 8 de octubre de 1927 se anuncian como “concurso de disfraces”, los días 9 y 10 como “bailes populares” i el día 11 “concurso de disfraces y bailes populares”. En 1929 se celebra solo el día 8 de octubre como “concurso de disfraces”, y en 1930, año del tercer centenario de la Virgen del Remedio, se anuncian el día 9 como “típicas danzas al estilo del país”, y los días 10 y 11 como “típicas danzas regionales a la usanza del país”.
LA MÚSICA Y LA CANCIÓN
Estos bailes siempre van acompañados de música. En todas las referencias escritas de les danses de les carasses se encuentra que la dulzaina es el instrumento principal.
Esta música consta de seis temas que son variaciones de un tema principal que aparece, difuminando, en los bailes de todos los pueblos vecinos. Cinco de estos temas fueron grabados en los años sesenta a Luis “El Tibero”, por el maestro de música Manuel Alemany “El Maleno”, quien colaboró con el Cancionero de la provincia de Alicante de Salvador Seguí, donde están publicados.