Los pescadores de la Comunidad Valenciana denuncian problemas por la plaga de atún rojo en el Mediterráneo

Los pescadores de artes menores que se dedican a la pesca del atún rojo en la Comunidad Valenciana denuncian de forma activa la sobrepoblación de este animal en las aguas del Mediterráneo. Una sobrepoblación que llega, en ocasiones, a los niveles de plaga, ya que el exceso de atunes rojos afecta al resto de especies. “El atún rojo se come todo tipo de peces, como las sardinas o los boquerones” indica Agustín Olivares, armador y patrón del Panollo II del puerto del Grao de Castellón.

Y es que los atunes rojos son una especie depredadora que se alimenta de otros peces de menor tamaño como pueden ser, en las aguas de la Comunidad Valenciana, pescados azules o gamba roja. Esta denuncia de sobrepoblación del atún rojo se hace extensible a las embarcaciones de cerco a causa de las pérdidas que sufren en cada jornada de faena cuando, al salir a la mar, descubren que los atunes rojos se han comido al pescado azul de la zona. Las embarcaciones de arrastre también se quejan y sufren menores capturas de especies demersales, como la merluza, a causa de la gran cantidad de atunes rojos. Del mismo modo, indicar que si alguna de estas embarcaciones pesca, de forma no intencionada, algún atún rojo no puede subastarlo en lonja ya que no dispone de permisos ni cuota para ello.

Los pescadores valencianos reconocen que durante algunos años se paralizó la pesca de atún rojo a favor de su recuperación como especie. Algo que se ha conseguido con creces y que ahora supone un grave problema. “Solo podemos pescar una miseria” resalta Olivares, haciendo referencia a la baja cuota de la que disponen las embarcaciones de la Comunidad Valenciana, 562’8 kilos por barca. “Una cantidad tan ridícula que en cuestión de horas podemos haber pescado toda la cuota del año” añade José Vicente Veral armador y patrón del Veral.

Los pescadores de Castellón, Valencia y Alicante denuncian su baja cuota al tiempo que aseguran que su pesquería, basada en las artes menores y en especial, la línea de mano, es la más sostenible. “Nosotros dejamos huella de carbono cero” indica el patrón del Panollo II. Este tipo de embarcaciones, según destacan ambos entrevistados, solo mantienen encendido el motor el tiempo imprescindible para llegar del puerto al punto de pesca y regresar. Por ello, el impacto en el Mediterráneo es casi nulo. Del mismo modo, la línea de mano es una técnica de pesca basada “en un hilo y un anzuelo” por lo que cada atún rojo se coge de forma manual y sin dañar a ninguna otra especie. “El mar está infectado de atún rojo y, sino se hace algo, también es un problema para otras especies” reafirma Veral.

Ante la falta de cuota, el perjuicio que sufren en el reparto las embarcaciones de artes menores de la Comunidad Valenciana frente a otras más contaminantes y dañinas para el ecosistema marino situadas en otros puntos de la península y el exceso de atún rojo en el Mediterráneo; Agustín Olivares ha afirmado que una posible solución podría ser que “nos dejaran pescar un atún rojo al día a cada persona embarcada. De esta forma podríamos regular un poco la población de atunes”.

Desde COINCOPESCA, Comisión Interfederativa de Cofradías de Pescadores de la Comunidad Valenciana, que en la presente campaña del atún rojo ejerce como interlocutora entre 45 embarcaciones de artes menores y el Ministerio de Pesca, se continúa reclamando un aumento de la cuota pesquera de atún rojo para los pescadores de la Comunidad Valenciana quienes actualmente solo disponen del 2’87% del total de la cuota española. Recordar que COINCOPESCA interlocuta el trabajo de 7 barcos de Peñíscola, 2 de Benicarló, 7 de Castelló y 8 de Vinaròs a la provincia de Castelló; 3 de Gandía a la provincia de València; y 1 de Moraria, 3 de la Villajoyosa, 1 de Alicante, 11 de Santa Pola y 8 del Campello a la provincia de Alicante.

COINCOPESCA vela y lucha por los intereses de 20 cofradías: 10 en la provincia de Alicante, 5 en la de Castellón y 4 en la de Valencia.