Más de 300 personas con diversidad funcional intelectual mejoran su bienestar y salud emocional con terapias especializadas del IVASS
El Instituto Valenciano de Atención Social-Sanitaria cuenta con salas de estimulación multisensorial en seis centros
Más de 300 personas con diversidad funcional intelectual, usuarias del Instituto Valenciano de Atención Social-Sanitaria (IVASS), pueden beneficiarse de las acciones terapéuticas que se desarrollan en las salas de estimulación multisensorial de los centros de la entidad.
Actualmente, el IVASS cuenta con un total de seis de estas salas que están ubicadas en cinco residencias, L’Almara en Burjassot, La Humanitat en Cheste, Caixa Ontinyent en Xàtiva, Jubalcoy en Elche y Manises en esta localidad, y otra en el centro ocupacional Maestrat en Benicarló.
La directora general del IVASS, Noelia Martí, ha señalado que en estos espacios multisensoriales “se trabaja con las personas con diversidad funcional intelectual en las limitaciones cognitivas, con distintos niveles que presentan”, y ha incidido en que este tipo de tecnologías “contribuye a realizar una labor terapéutica integral que repercute muy positivamente en las personas usuarias”.
Asimismo, ha manifestado que estas salas “suponen un cambio metodológico en la estimulación de estas personas, que se convierten en las protagonistas de su aprendizaje”, y ha resaltado que “les aporta grandes beneficios, ya que recrean ambientes accesibles física y cognitivamente donde se fomenta la estimulación de los sentidos, la interacción y comunicación”.
Noelia Martí ha explicado que las acciones terapéuticas en estos espacios multisensoriales “se restringieron durante este primer año de pandemia con el fin de extremar las precauciones”, y ha avanzado que “se han reanudado recientemente siguiéndose todas las medidas de seguridad e higiene al no haber, en estos momentos, casos positivos por COVID-19 en los centros”.
La directora general del IVASS ha recordado que el personal de los centros que se encarga de llevar a cabo estas terapias en las salas de estimulación sensorial “recibió formación específica previa para trabajar los distintos componentes cognitivos, como la memoria, la atención o el lenguaje, sensoriales y motores como son la motricidad fina y gruesa, la coordinación o la lateralidad, y los componentes psicosociales, que permiten disminuir la ansiedad y agresividad, además de fomentar sus habilidades sociales”.