Un pueblo de Castellón abre un mirador para observar las estrellas
Unos paneles ayudarán a los visitantes a ubicarse en el firmamento
El Ayuntamiento de Vall d’Alba ya ha puesto a punto y a disposición de todos los usuarios un mirador de estrellas, un nuevo reclamo para disfrutar de un entorno natural privilegiado dentro de la localidad.
El recinto se encuentra ubicado en la cima del monte l’Albea, en el punto más alto del municipio, y es un balcón único con vistas a la Plana de l’Arc. Desde allí, y gracias a sus idóneas condiciones lumínicas, se pueden observar las estrellas. Para ello, no solo se ha dotado al recinto de una infraestructura para poder sentarse y contemplar el cielo y el paisaje, sino que también se han instalado paneles informativos, para que los usuarios sepan cómo interpretar cada uno de los destellos.
La iniciativa forma parte del grupo de trabajo de la Plana de l’Arc, que engloba a todos los municipios del entorno, y que es un paso más en la apuesta por destacar los valores turísticos de la zona: la naturaleza, la gastronomía, el descanso, la cultura tradicional, el deporte… y todo desde un punto de vista del denominado ‘slow tourism’, es decir, el disfrute del tiempo sin prisa, ya sea en familia, con amigos o en solitario.
El mirador de estrellas de Vall d’Alba forma parte de una red de otros puntos de características similares que también se han instalado en otras tres localidades.
“Vall d’Alba es un paraíso natural por descubrir. Estamos apostando por el turismo, y para ello hemos abierto nuevas rutas y nos estamos uniendo a iniciativas que nos servirán para potenciar nuestro atractivo, que es mucho, y muchas veces no es ni lo suficientemente conocido ni lo bastante valorado”, subraya la alcaldesa, Marta Barrachina, quien resalta que “en nuestro pueblo si tenemos una de las mayores concentraciones de propuestas gastronómicas de toda la comarca”.
Hay que recordar que, precisamente dentro de la Plana de l’Arc, también se acaba de estrenar una silla monumental que, a modo de escultura, recupera uno de los elementos de la tradición popular más arraigados en los pueblos, como es sentarse al fresco a conversar. Una silla que también forma parte de una ruta, con otras seis diseminadas en otros tantos pueblos.
La silla de Vall d’Alba, de color amarillo y ubicada en el reconocido paraje de Pou de Beca, otro de los puntos de alto valor paisajístico y gastronómico del municipio.