El PSPV de Traiguera insta al Ayuntamiento a no construir un tanatorio en el calvario del XVIII

El Ayuntamiento de Traiguera tiene prevista la construcción de un tanatorio en el calvario del siglo XVIII de la localidad. El grupo socialista ha presentado varias reclamaciones y quejas al considerar que el proyecto dañaría parte de este emblemático edificio y su entorno, declarado Bien de Relevancia Local. “Su construcción supondría la eliminación de los peldaños construidos con antiguas lápidas reutilizadas y que forman parte del conjunto y obligaría a replantar en otras zonas los vetustos cipreses centenarios afectados por la actuación”, ha dicho el concejal socialista Albert Siset.

Recuerda además que los terrenos sobre los que se construirá el tanatorio han sido cedidos por el Obispado de Tortosa a condición de que se cuente con “el consenso y aprobación de todos los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de Traiguera”.

Así lo ha hecho constar el propio Síndic de Greuges, quien elevó una queja a la Conselleria de Educación, Cultura y Deportes. La administración autonómica, en un escrito de septiembre de este año dirigido al alcalde de Traiguera, le recuerda que el obispo Enrique Benavent condicionó la construcción del tanatorio a la aprobación y visto bueno de todos los grupos políticos.

El edil del PSPV en Traiguera ha reclamado además la inclusión de los terrenos del calvario en el catálogo general de patrimonio del Consell. Una petición que se ha elevado al Consell Valencià de Cultura y a la Conselleria de Cultura. Los socialistas recuerdan que la arquitectura religiosa anterior al año 1940, incluyendo los calvarios tradicionales, deben contar con inscripción en ese inventario general.

Los socialistas de Traiguera instan al Ayuntamiento a “buscar el consenso de todos los grupos y no obviar la condición impuesta por el Obispado”. Siset ha indicado que su grupo no se opone a la construcción de un tanatorio, pero propone otros terrenos alternativos a los contemplados. De hecho, afirma que hay unos terrenos de mil metros propiedad municipal junto al Calvario, “que serían más adecuados y no afectarían al edificio ni su entorno”.