Moliner cumple un mes como presidente de la Diputación enfocando su intenso trabajo en la recuperación económica

Javier Moliner ha querido hacer del trabajo virtud en su primer mes como presidente de la Diputación Provincial de Castellón. Consciente de que no están los tiempos para periodos de adaptación, ni tan siquiera para los cien días de gracia, ha decidido coger el toro de la gestión y la economía por los cuernos desde el primer momento. Con ese compromiso, que ya anunció en su misma toma de posesión el pasado 23 de junio, Moliner ya ha hecho de la política proactiva el eje de su mandato. La consigna que dio a su nuevo equipo en la Diputación de que no quería ni un solo acto, ni una sola visita, ni una salida por la provincia sin un objetivo claro de trabajo y de objetivos se está cumpliendo a rajatabla.

Tanto como su deseo de que el liderazgo que quiere que asuma la Diputación Provincial para ayudar a que Castellón vuelva a la senda del crecimiento económico y, sobre todo, del empleo. Como dijo el viernes en la reunión con la CEC, “me interesa que se vea a la Diputación como un referente, con capacidad de liderazgo, que sirva de paraguas allá donde nos necesite la sociedad castellonense. Pero no me malinterpreten, no estoy hablando de mando, eso no me interesa tanto como ayudar a poner los medios para que sea la sociedad civil, las empresas, las que asuman ese protagonismo, que al final nos beneficia a todos”.

El ritmo de trabajo impuesto es tal, que han sido más de uno y más de dos los días que no ha parado ni siquiera para comer,  o para tomar un bocadillo en su despacho. Cuando hay más suerte, dispone de unos 45 minutos para comer con su equipo de confianza. En cualquier caso, casi todas las comidas del presidente de la Diputación son de trabajo, salvo las de los fines de semana, que las guarda para su entorno familiar. Eso no significa que los fines de semana haya estado libre. Únicamente cuatro días en todo el mes, el resto de la agenda ha tenido siempre actos públicos. Sin ir más lejos, este fin de semana también tiene actividad institucional.

Mientras que el primer mes de legislatura ha dedicado casi todo su tiempo en pulsar la realidad de todos los sectores productivos de la provincia, en el mes de agosto tiene previsto tomarse unas vacaciones activas, de tal forma que pueda estar más cerca del tejido social de la provincia, más cercano a los municipios, especialmente los pequeños. La sensibilidad de Javier Moliner hacia los pueblos más desfavorecidos quedó patente con su primer acto como presidente de la Diputación, acudiendo a Fredes, como se había comprometido durante la campaña electoral. Ya lo dijo en su toma de posesión al defender la Diputación como la institución “que llega antes y que, además, llega donde otras instituciones no llegan”.

Mientras tanto, ha querido dejar claro que en este trabajo, es él quien está al servicio de la sociedad, y no al revés. Así, en su ronda de reuniones con los principales agentes económicos de Castellón, ha sido él quien ha acudido a sus sedes, como muestra de predisposición, en lugar de convocar los encuentros en la propia Diputación.

En esta misma línea, durante las dos primeras semanas de trabajo, también ha querido conocer todos los departamentos, servicios y trabajadores de la Diputación Provincial. Para ello, después de presentarse y ponerse al servicio de todo el personal del palacio de las Aulas –incluyendo la oficina del PSPV, donde saludó a todo el grupo socialista-, ha visitado a todo el personal de resto de instalaciones dependientes de la Diputación, como Nuevas Dependencias, el Hospital Provincial, Penyeta Roja, el Consorcio Provincial de Bomberos…

Y todo ello ‘aderezado’ con al menos cuatro salidas a Valencia para diferentes reuniones de trabajo, así como desplazamientos a Alicante, Madrid –entre su salida y su vuelta a Castellón no pasaron ni 24 horas- y a Pontevedra, donde acudió a la convención de presidentes de diputaciones dependientes del PP, presidida por Mariano Rajoy.

Apenas se cogerá una semana de vacaciones este verano con el objetivo de aprovechar este periodo para perfilar el plan de acción estratégico que pretende poner en marcha antes de que se cumplan sus primeros cien días de presidencia. Como ha reiterado en el comienzo de legislatura, “no tiene sentido que no emplee todo mi tiempo en ayudar a activar laeconomía castellonense, los ciudadanos no lo entenderían”. 

El primer mes  de presidencia en números:

-Once reuniones con una veintena de sectores económicos en sus propias sedes, fuera de la Diputación

-Al menos una docena de reuniones con diputados provinciales, al margen de sus encuentros con motivo de las comisiones, plenos y reuniones de grupo

-Cuatro reuniones personales con los portavoces de la oposición (dos con Francesc Colomer y dos con Enric Nomdedéu)

-Ha tenido más de 40 visitas de diferentes personas, empresas, y colectivos en la Diputación

-Sólo ha tenido cuatro días de 31 sin actividad pública en este primer mes

-Ha salido diez días a diferentes municipios de la provincia de Castellón, además de cuatro visitas a Valencia y otra a Alicante

-Ha tenido dos viajes, uno a Madrid de menos de 24 horas (salió un día a las 14 horas y ya estaba de vuelta al siguiente a las 12 horas) y otro a Pontevedra para acudir a la reunión de presidentes de Diputaciones del PP

-También ha visitado todas las dependencias de la Diputación (Hospital Provincial, Penyeta Roja, Las Aulas, Nuevas Dependencias, Imprenta…, pasando por todos los departamentos)

-Ha estado presente en cerca de 25 actos, incluyendo los que él protagonizaba con ruedas de prensa, presentaciones y demás.

-Ha tenido casi una decena de entrevistas con diferentes medios de comunicación de todos los ámbitos